"Capital del Viento" |
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Un informe revisionista del investigador Adrián Duplatt sostiene que el descubrimiento no fue un hecho fortuito
El siguiente es un informe del investigador Adrian Duplatt que constituye un documento que difundió a todo el mundo, a través de Internet el Museo del Petróleo.
Dupplat aporta lo que parecen ser imperceptibles datos, pero también definidiones de otros historiadores de la región, llegando a la conclusión que el descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia no fue un hecho fortuito en la búsqueda de agua sino que respondía a una política nacional impulsada por la entonces Dirección de Minas y Geologías.
Este es el informe revisionista titulado "El mito del petróleo":
"... cual Comodoro, buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed...", cantaba Facundo Cabral a principios de los '70, haciéndose eco de la historia oficial de la ciudad "Capital Nacional del Petróleo".
Pero, revisionismo histórico mediante, parece ser que aquel 13 de diciembre de 1907 no era solamente agua lo que se anhelaba, sino que realmente se estaba explorando la cuenca del golfo San Jorge en búsqueda de hidrocarburos.
Cuenta la historia... Comodoro Rivadavia nació oficialmente como ciudad en 1901, por medio de un decreto del Poder Ejecutivo Nacional.
El lugar de su emplazamiento dista 160 kilómetros del espejo de agua dulce más cercano: el lago Muster, en cuyas orillas se emplazaba la colonia agrícola "Ideal" -la actual localidad de Sarmiento-. Los manantiales naturales abastecían a Comodoro, pero eran insuficientes para calmar la sed de la población.
Máquinas para buscar agua
En 1903 la Dirección de Minas, Geología e Hidrología de la Nación mandó a Comodoro una máquina perforadora que, tras alcanzar esterilmente los 172 mts. de profundidad, se dió por vencida.
En 1906 desembarcó en la ciudad una nueva máquina para hallar agua, un equipo Fauck traído de Alemania por iniciativa de Julio Krause, jefe de la Dirección de Minas de la Nación.
Se ubicó la perforadora a unos tres kilómetros al norte del cerro Chenque, como indicaron los estudios de suelo realizados previamente.
En marzo de 1907 comenzó a perforar. Entre los trabajadores estaban José Fuchs (Fucks, en realidad) y Humberto Beghín, ambos técnicos venidos de Alemania.
Pasaron varios meses de infructuosos intentos. Se llegó a los 500 metros bajo tierra, pero el agua no brotaba. Krause dio orden de pasar el límite de la máquina.
El 12 de diciembre de 1907 comenzó a salir un líquido aceitoso, burbujeante, con olor a kerosene. El 13, cuando se alcanzaron los 540 metros de profundidad, se confirma la existencia de combustibles. Había nacido la Capital Nacional del Petróleo.
Una visión diferente
La memoria popular, retroalimentada por los medios de comunicación, mantuvo en vivo esta visión sobre el descubrimiento fortuito del petróleo. Pero desde el punto de vista científico este relato no es aceptado.
Desde 1904 el gobierno realizaba relevamiento geológicos y mineralógicos en distintas regiones del país y, como explica la historiadora patagónica Graciela Ciselli en su investigación "Los italianos al sureste del Chubut".
Ya desde fines del siglo XIX se exploraron distintas regiones del país en busca de minerales, para lo que se adquirieron en el extranjero máquinas perforadoras y aparatos de sondaje destinados a tal fin.
El Ing. en Minas Enrique Hermitte, quien fuera encargado de la Dirección de Minas, Geología e Hidrología en 1904 comentó años después, que "el descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia es una consecuencia, si no directa, por lo menos mediata del superior decreto de Octubre de 1904 disponiendo la confección del Mapa Geológico y económico de la República y de la manera cómo se encara su resolución".
Por su parte las historiadoras neuquinas Orietta Favaro y Marta Morinelli en su libro "Petróleo, estado y nación, hablan del "mito fundante de la explotación petrolera argentina", el del descubrimiento casual en Comodoro Rivadavia.
Con sus trabajos, las investigadoras demostraron que el hallazgo fue deliberado y con objetivos precisos, lo que no excluye que al mismo tiempo se buscara agua.
Asimismo, citan a Hermitte, cuando manifiesta que se han confundido los hechos referidos al descubrimiento del petróleo, atribuyendo su hallazgo a una casualidad, "cuando en realidad ha sido tan sólo una buena suerte para aquellos que implantaron el estudio del subsuelo profundamente convencidos de que algún día debe contribuir al desarrollo económico del país en proporciones comparables a la agricultura y a la ganadería...".
Desde las últimas décadas del siglo XIX se conocía la existencia de combustibles en el suelo patagónico. En 1890 y 1895 el perito Moreno estuvo a 15 kilómetros al sur de Comodoro Rivadavia, en la actual Villa Rada Tilly, y dejó sentado que aquella zona tendría gran impulso por sus puertos o por la explotación de kerosene.
Por otra parte, el escritor comodorense Asencio Abeijón hizo referencias en sus crónicas a que los indígenas prendían fácilmente sus fogatas ayudándose con brea.
Lo cierto es que en el marco de una política de exploración mineralógica del subsuelo nacional, se trasladaron a Comodoro equipos de perforación alemanes, se contrataron técnicos en perforación alemanes -Fucks, Beghín- y que una vez llegado al límite de profundidad de la maquinaria (500 metros), Beghín recibió un telegrama ordenándosele que "... en campamento llegar a quinientos metros que es el poder de la máquina, refuerze el asunto y trabaje con precaución para evitar accidentes...".
Los investigadores sospechan que son demasiadas molestias para andar buscando solamente agua. Desde fines del siglo XIX se exploraron distintas regiones del país en busca de minerales.
Es así que una vez atados los cabos sueltos de la historia petrolefera argentina, los historiadores infieren que la consigna de los trabajos en 1907 era: "buscar agua y encontrar petróleo", lo que da por tierra con la imáagen del descubrimiento accidental de hidrocarburos en Comodoro Rivadavia.
Fuente:
Estracta Diario El Chubut
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