"Capital del Viento" |
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El médico Norberto Martín es oriundo de Caseros, provincia de Buenos Aires, donde creció.
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Llegó a Comodoro Rivadavia porque lo atrajo el mar, se quedó para siempre y formó una familia. Tuvo siete nietos. Precisamente ellos son los que lo motivaron a dejar la profesión que ama, luego de mucho tiempo de pensarlo, incluso "sin poder dormir".
El pediatra Norberto Martín (71) ayer atendió por última vez en consultorio y luego de una jornada con emociones cruzadas, cerró la puerta de su oficina en el segundo piso del Centro Catamarqueño y dijo adiós tras 45 años de medicina y 42 en pediatría.Tengo siete nietos que reclaman más presencia del abuelo. Entonces creo que es momento de dejar la profesión y dedicarme a otras cosas de la vida estando yo bien. Mirá que mis dos nietos mayores cada vez que voy siempre se quejan de que les hago una visita de médico porque voy por una semana. Yo les digo 'lo que pasa es que tengo pacientes que atender'", dijo el especialista a El Patagónico.
El médico Norberto Martín es oriundo de Caseros, provincia de Buenos Aires, donde creció. Se graduó en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), donde un médico le dijo que el país necesitaba 10 mil pediatras en el interior. Así fue como decidió ejercer en Comodoro Rivadavia, uno de los cuatro polos de desarrollo de la especialidad, y luego de ganar el concurso del Consejo Nacional de Residencias Médicas pudo radicarse cumpliendo su deseo de estar cerca del mar.
En esta ciudad nació su primer hijo, el abogado Diego Martín que hoy vive en Gualeguaychú. Luego llegaron Lorena, profesora de Educación Física; el contador Eloy, exjugador de básquet de Gimnasia y Esgrima; y por último Julián, diseñador gráfico radicado en Bueno Aires.
Martín, junto al cirujano Ricardo Pettinari, fue uno de los impulsores de la Casita Verde que se fundó en la década del 90 en el Hospital Regional ?actualmente funciona en Saavedra y San Martín-, con el objetivo de contener a adolescentes en riesgo. El médico también integró la Comisión de Salud de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.Durante su larga trayectoria atendió pacientes en el Hospital Regional, el Centro de Atención Medica Infantil (CAMI) de Rawson y Alem, la Asociación Española, el Centro de Estudios Médicos Penta y el Centro Catamarqueño, donde hasta ayer trabajó, sintiendo toda la jornada una extraña mezcla de sentimientos, según confesó a este Diario.
La decisión no fue fácil. Ya me despedí de mis pacientes con una carta con las últimas recomendaciones. Estoy con una mezcla de sentimientos porque no fue fácil tomar la decisión, hace una semana que no duermo, pero yo he sido bastante activo durante toda mi juventud y no estoy de acuerdo con la gerontocracia", señaló."Yo digo que los viejos deben dejarles camino a los jóvenes, sea en el lugar que sea porque ellos tienen el paso para seguir y nosotros tenemos que estar para asistirlos, apoyarlos o darles un consejo si lo piden. Uno debe saber retirarse a tiempo y yo creo que este es el mío, pero fue muy difícil tomar la decisión porque no hay nada mejor y más lindo que trabajar de lo que a uno le gusta", sentenció.
Créditos:
- Artículo publicado en el Diario El Patagónico (01/07/17).
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