En Argentina se celebra el Día Nacional del Inmigrante desde 1949, cuando el Poder Ejecutivo Nacional lo estableció por decreto.

La fecha elegida tiene un valor histórico que se remonta al tiempo de la patria naciente, cuando el 4 de Septiembre de 1812 el primer Triunvirato firmó un decreto que establecía "la protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio (...)".

De esta forma este país, cuando aún no se llamaba Argentina, abrió sus fronteras a los inmigrantes de cualquier parte del mundo que quisiesen vivir en este suelo.

Fue tan enraizado este concepto para la construcción del país que, en el Prólogo de la Constitución de 1853 en su Prólogo, también hace referencia a "todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino".

La llegada de los inmigrantes al país respondió a patrones mundiales de flujos de población: las guerras, la pobreza, las crisis de todo tipo y la aventura fueron las motivaciones de traslado a países ignorados.
 

Los colonos

El gobierno argentino de 1853 fomentó la inmigración europea, por lo tanto liberó el ingreso al país de los extranjeros y no cobró ningún tipo de impuesto a quienes traían objetos de labranza o elementos para mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes.

En 1876 se promulgó la Ley de colonización de 1876, que reflejaba la situación del Estado frente a la tierra pública.

Para entonces ya había colonias de europeos en Misiones y Corrientes (1855).

En Chubut llegan los galeses en 1865 y los Boers al departamento Escalante en 1902.

Así se establecen italianos, españoles, polacos, ucranianos, rusos, judíos y árabes entre otros.
 

En las ciudades

Los primeros inmigrantes árabes de Siria y Líbano ingresaron a fines del siglo XIX, en 1880, pero la primera ola inmigratoria importante fue entre principios del siglo XX y fines de la Primera Guerra Mundial.

La construcción del ferrocarril creó una importante fuente de trabajo para los inmigrantes y desencadenó un cambio radical en la economía del país. Buenos Aires fue la principal beneficiaria del nuevo desarrollo económico. La ciudad se europeizó en sus gustos y en sus modas, marcando una gran diferencia con el interior del país.

El ingreso de inmigrantes nunca se interrumpió. Y siempre las guerras, la pobreza y las crisis económicas en los países de origen les dieron motivo para ingresar al país.

En Comodoro Rivadavia, ciudad argentina donde mayor cantidad y diversidad de inmigrantes hay, se puede contar, en este último tiempo a los coreanos, peruanos y, especialmente a los bolivianos, quienes conforman activas asociaciones que cultivan y comparten la cultura de origen.
 

Créditos:

Publicado en el Diario Crónica (04/09/09)