El querido vecinalista Don Antonio Camarda falleció ayer a los 79 años, dejando un claro ejemplo de vida y de firme compromiso de amor para con Comodoro Rivadavia, a la que arribó con su familia en 1938, cuando el pueblo, como él decía, terminaba en las hoy calles Italia y San Martín.

En 1948, Antonio ingresó como aprendiz de YPF, donde aprendió el oficio de carpintero con los maestros Don Ivi Dimitrof y Don César Crucet, cosechando desde entonces amistad y un nombre que fue creciendo en función de su tarea vecinalista, desde el José Fuchs y junto a otro recordado vecino ilustre, Miguel Gatti.

Don Antonio también trabajó en Aguas Sanitarias y fue un firme defensor de la democracia y el pensamiento pluralista, algo que quedó reflejado cuando en 1955, en la autodenominada Revolución Libertadora, protegió a varios militantes y dirigentes justicialistas.

Además de la tarea desde la vecinal, Camarda trabajó mucho en cooperadoras escolares, ayudando a distintos centros educativos de su barrio y otros cercanos con un claro mensaje de valores solidarios hacia los niños y jóvenes.

En función a lo que fue un ejemplo de vida, el Concejo Deliberante le entregó, a mediados de mayo, la orden del mérito Cerro Chenque, en una sesión en la que Don Antonio, ya enfermo, se comprometió a seguir trabajando para los vecinos.

"Si la salud me ayuda, sigo dispuesto a trabajar por mi Comodoro. Tengo muchas ideas y ganas. Mi casa siempre está abierta para tomar un mate y conversar sobre las cosas que hay que hacer", expresó ante la emoción de todos.

En el Concejo Deliberante ayer, más allá del trabajo de rutina, hubo mucha congoja y fueron varios los concejales, además de su sobrino Jorge, los que concurrieron a despedir al gran vecino, que ayer se despidió de la ciudad que lo cobijó y que ayer comenzó a llorarlo.
 

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Publicado en el Diario Crónica (17/06/09)