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Se resolvió finalmente uno de los grandes misterios navales. El buque en el que viajó el explorador inglés Charles Darwin (1809-1882) en su trabajo sobre la evolución de las especies, el legendario "HMS Beagle" que llevaba un siglo desaparecido, fue encontrado por un grupo de expertos en las costas de Essex, al sudeste de Inglaterra.El grupo de científicos de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, liderado por el arqueólogo marino Robert Prescott, confirmó ayer que el buque hallado es el mismo en que viajó Darwin.
"Con ayuda de potentes radares hicimos una exploración arqueológica en las profundidades del estuario del río Roach, cerca de un embarcadero abandonado y hallamos el buque bajo tres metros de fango. Y cerca de él —explicó Prescott—, muchos objetos del período victoriano que pertenecían a ese buque."
La embarcación, con su parte inferior y el casco casi intactos, había sido botada en 1820 en el astillero de Woolwich, Londres, a orillas del río Támesis. Era un bergantín de unos 30 metros de eslora equipado con diez cañones, un barco de guerra común en la armada inglesa de la época.
Tras varios años de servicio militar, la marina remodeló el "HMS Beagle", que quedó convertido en una barco de investigación hidrográfico al mando del capitán Robert Fitzroy.
En diciembre de 1831, el bergantín empezó la singladura en la que cimentó su fama, con un joven e intrépido naturalista inglés llamado Charles Darwin a bordo.
Durante 5 años, Darwin surcó los mares del mundo y centró sus investigaciones en las Islas Galápagos y en el extremo meridional de Sudamérica. Estuvo en Brasil, en Uruguay y, desde la desembocadura del río Negro, llegó a Carmen de Patagones.
Una vez desembarcado, Darwin se dirigió al río Colorado, donde se entrevistó con Juan Manuel de Rosas, para luego seguir hasta Bahía Blanca, recorrer la Sierra de la Ventana —descubrió el yacimiento fosilífero de Punta Alta, que encerraba a grandes mamíferos extinguidos— y llegó a Buenos Aires justo cuando las tropas rosistas sitiaban la ciudad.
Entonces, volvió a embarcarse para dirigirse a Santa Cruz, donde remontó el río del mismo nombre hasta sus fuentes. Por fin, llegó hasta Tierra del Fuego, pasó a Chile y se internó en la cordillera de los Andes.
Darwin regresó a Inglaterra en 1836, con cientos de anotaciones analizadas meticulosamente en un pequeño camarote del "HMS Beagle". Con ellas desarrolló su influyente teoría de la selección natural que plasmó en el libro "Sobre el origen de las especies", de 1859.
Mientras esta doctrina evolucionista —denominada en su honor "darwinismo"— causaba furor en el mundo del siglo XIX, el barco que fue crucial para la teoría caía en el olvido.
Lo único que se sabía hasta ahora es que, tras el viaje de Darwin, el navío había pasado a servir en el Servicio Aduanas de Inglaterra con el fin de perseguir a los contrabandistas en la costa del condado de Essex.
Pero el profesor Prescott logró averiguar que el buque estuvo anclado durante años en aguas del río Roach, donde varias familias de guardacostas hicieron de la nave su morada. Por algunos archivos históricos, Prescott descubrió después que se había vendido en 1870 en una subasta a unos comerciantes de chatarra.
"La parte superior del barco puede haberse perdido, pero queda la parte inferior y el casco. Y, quién sabe —dijo el científico—, los vestigios del viaje de Darwin que pueden continuar allí abajo todavía".
Curiosidad del destino: en honor a este buque bautizaron "Beagle 2" al robot enviado a Marte por la Agencia Espacial Europea para explorar vestigios de vida. La misma que desde diciembre se encuentra perdida en un cráter de la superficie marciana.
Fuente:
Diario Clarín (28/02/04)
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