El General San Martín quiso dejar testimonio en Mendoza de sus victorias en la campaña libertadora y donó algunos de los estandartes ganados a los regimientos enemigos en las batallas de Chacabuco y Maipú.

Pero su palabra se cumplió a medias. Los trofeos de guerra llegaron, pero sufrieron el abandono, saqueos y las 2 únicas que quedaron fueron enviadas a Buenos Aires a fines del siglo XIX. Nunca más volvieron al lugar que se les había designado.

Los estandartes (que son similares a las banderas e identifican a los regimientos) cambiaron de manos varias veces y tenían características que tentaron a robos y saqueos. Estaban bordadas con hilos de oro y los escudos e insignias estaban rodeados con piedras preciosas.

Luego de ser destruidas a tijeretazos, fueron restauradas, aunque no con todos los elementos originales. En Mendoza los estandartes estuvieron exhibidos en la iglesia Matriz y luego en la de San Francisco.

Ahora, las dos reliquias duermen en el depósito del Museo Histórico Nacional, por lo que, desde hace varios años que están fuera de la vista del público y del destino que San Martín les dió.

Las asociaciones sanmartinianas reclamaron en varias oportunidades para recuperarlas, pero aún no hay respuesta. Lo curioso es que San Luis y San Juan consiguieron hacerse de los estandartes que San Martín les donó a esas provincias en la misma época. En Mendoza las tibias gestiones que se hicieron, no tuvieron buenos resultados y no fueron continuadas.

El sábado 8 de marzo de 1817 salió publicado en “La Gazeta”, el órgano de difusión de los actos de Gobierno, el decreto por el cual Pueyrredón ordena que una de las banderas obtenidas en Chacabuco sea puesta en alguna iglesia de Mendoza, como lo había pedido San Martín.

“Para dar un testimonio público de los heroycos esfuerzos con que los valientes defensores de la libertad en el xértito de los Andes al mando del capitán General D. José de San Martín...teniendo al mismo tiempo presente el aprecio y distinción á que se ha hecho acrehedora la benemérita provincia de Cuyo ...he venido a resolver que la bandera española tomada en ella al enemigo y remitida a este gobierno, sea depositada y consagrada al Dios de las batallas en uno de los templos de la ciudad de Mendoza”, dice parte del decreto.

No hay certeza sobre el número total de banderas que fueron entregadas a la provincia, pero todos coinciden en que al menos fueron 6. Luego del terremoto de 1861 se encontraron sólo 3, de las cuales desapareció una.

Está registrado en los documentos que los estandartes son trofeos de guerra obtenidos por San Martín en Chacabuco y Maipú. Pero no se sabe con precisión a qué regimiento pertenecieron. Se cree que son del “Talavera” o “Chiloé”, dos de los que pelearon en esas batallas.

Aunque siempre se marcó que tenían bastante deterioro, los hilos de oro con que fueron confeccionadas y algunas piedras preciosas que adornaban los escudos eran objeto de deseo y suspicacias. Por eso se llegó a enjuiciar a un funcionario público en 1891, acusándolo de haber robado parte de esas joyas, luego de que las entregara envueltas en papel de diario y destruidas.

En 1892 el gobierno nacional ordenó que las reliquias fueran enviadas a Buenos Aires para exhibirlas en el Museo Histórico Nacional. La excusa era recuperar algunos objetos que corrían peligro de desaparecer por el descuido. En 1927, la Provincia dictó una ley para recuperar las banderas y los reclamos no surtieron efecto. Pero San Luis y San Juan consiguieron, en 1992 y 2000, recuperar los estandartes que les correspondían de acuerdo con lo que había pedido San Martín.  

Fuente:

Pablo Icardi para Diario Los Andes (06/06/03)