"Capital del Viento" |
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Captura de video. Fachada de la Asociación Española de Socorros Mutuos sobre calle Mitre.
«Edificio Asociación Española de Socorros Mutuos Cro. Rivadavia -2013-». (01:08).
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Ciento diez pioneros españoles en tierras patagónicas, en busca de una solución para sus problemas de salud, decidieron en 1910 crear la Asociación Española de Socorros Mutuos. Posiblemente nunca pensaron que, cien años después, “La Española” como se la conoce en la Patagonia argentina, sería un referente de salud en toda la región, con instalaciones y herramental de tecnología de punta.La historia de las relaciones hispano–argentinas es de larga data. La ciudad de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia Argentina, no es una excepción a tal postulado. Siendo una ciudad muy joven para los patrones europeos, acaba de cumplir ciento once años de existencia, ha sido receptora de una fuerte corriente inmigratoria de diversos países, tanto limítrofes como europeos.
Al igual que en el resto de Argentina, las mayores corrientes de procedencia europea han sido la española y la italiana, con una gran presencia de la primera para nuestra ciudad.
En los albores de la formación de la nueva población, y a tres años del descubrimiento del petróleo, ya en 1910 residían ciento diez españoles. Las duras condiciones climáticas, los riesgos propios de la actividad petrolera y el aislamiento geográfico de la región se conjugaban para hacer aún más duras las condiciones de vida de aquellos primeros habitantes.
Así, una de las mayores preocupaciones era la escasa cobertura en salud que se poseía. La falta de médicos y de medios para tratar las diferentes dolencias sumergía a la población en la triste experiencia de muchas veces ver morir a familiares directos.
Ante este oscuro panorama, los residentes españoles tomaron la decisión de formar una sociedad que articulara los medios para solucionar tan apremiante carencia.
De esta manera se constituía la "Asociación Española de Socorros Mutuos", el 11 de Septiembre de 1910, que desde ese momento acompañó el crecimiento de la ciudad.
Su objetivo, según se lee en el artículo 2 del Estatuto de fecha 18 de Febrero de 1911 era “crear un fondo común destinado a socorrer a los socios en ella inscrita, en los caso de enfermedad y sus consecuencias”.
Mediante estos fondos, se pretendía lograr asistencia médica y eventualmente, dada la complejidad de los casos, afrontar los costos de traslado a Buenos Aires para un tratamiento más prolongado.
A los tres meses de su creación, la asociación ya contaba con 350 socios. Pero a pesar de los esfuerzos, se enfrentaba un obstáculo bastante importante: no se contaba con local propio para la atención médica y que oficiara de sede la de la entidad.
En el año 1913 se produce el cambio de comisión directiva, cuyo presidente asume el compromiso de, bajo su gestión, concretar el deseado espacio propio donde realizar las reuniones de la entidad.
En el mismo año, e imbuído del espíritu de cooperación imperante, el señor Don José María Pérez dona a la Asociación un solar de su propiedad para la realización de las obras. Así, con fondos propios y con la asunción de un préstamo de M$N 1.000,00 solicitado a la Sociedad Anónima Exportadora e Importadora de la Patagonia –otra entidad emblemática de la ciudad y que en la actualidad es titular de una vasta cadena de supermercados– el 2 de Septiembre de 1913 se coloca la piedra fundamental de la sede social de la Asociación Española de Socorros Mutuos.
De tanta trascendencia fue contar con un lugar de las características que esta obra tuvo, que no solo albergó las actividades de La Española, como se empezó a conocer a la entidad, sino que además se convirtió en el centro neurálgico de la actividad cultural y recreativa de toda la población.
Así, se sucedieron proyecciones de cine, representaciones teatrales, fiestas del 2 de Mayo y romerías del 15 de Mayo entre otras actividades. Pero sobre todo, y en cumplimiento por el cual había nacido la Asociación, era el lugar para la atención médica y la distribución de medicamentos.
Lamentablemente, en la madrugada del 20 de Abril de 1920, un voraz incendio dio por tierra todos los logros que hasta ese momento se habían obtenido, no con poco esfuerzo. Con desilusión pero a la vez con espíritu, se inician las tratativas para lograr un solar propio donde construir una sede definitiva.
Durante 1921, la empresa de seguros paga a la Asociación M$N 14.299 según consta en acta del 5 de Julio de 1920. Con este monto se proyecta la compra de un nuevo predio, a la vez que se decide la suscripción de nuevas acciones para cubrir los costos estimativos del proyecto del nuevo edificio.
En Julio de ese mismo año, el señor Don Toribio Larrea, expresidente de la Comisión Directiva de la Asociación, vende un terreno a la entidad sobre la calle San Martín al 600, solar en el que se construirá una sala de espectáculos y la sede de la Asociación.
Los primeros años de la construcción fueron duros pero aún así, en 1927 ya se encontraba construída la sala y las primeras instalaciones de la sede. En esas condiciones, se decide ofrecer la sala en alquiler a un empresario de espectáculos. Los ingresos logrados a través de tal contrato fueron utilizados para la continuación de las obras.
En 1934 se inauguran oficialmente el Teatro Español y la Sede de la Asociación, en pleno centro de la ciudad. Este señorial edificio verá transcurrir importantísimos eventos no sólo de la Asociación sino de la propia ciudad, convirtiéndose para en un emblema. Con el tiempo, será declarado Monumento Histórico Nacional, denominación que mantiene en la actualidad.
El 19 de abril de 1959 se inauguró la planta baja del edificio del primer sanatorio, el que a partir de allí fue creciendo, incorporando nuevos servicios, tecnologías, equipamiento e infraestructura, acompañando el avance y la especialización de las ciencias de la salud para llegar a la actualidad convertido en un centro asistencial de alta complejidad y en un lugar de referencia local y regional.
En este momento la institución cuenta con una trayectoria ininterrumpida en el ámbito de salud, gracias al esfuerzo permanente de generaciones de socios y al apoyo de la comunidad, siempre incorporando en las diferentes unidades médicas especializadas nuevas técnicas quirúrgicas y terapéuticas que permitan garantía y seguridad a los pacientes.
La propuesta para que la Asociación Española sea la encargada de administrar el sanatorio sobre la avenida Rivadavia surgió a fines de 2007 desde la propia familia Novo. Con el objetivo de inaugurar la primera parte en el marco del centenario de la institución, las obras avanzaron rápidamente desde 2008.
El ex Cruz Azul atravesó una severa crisis en 2005 cuando un gerenciador puso en jaque las cuentas del sanatorio llevándolo al borde de la quiebra.
El centro asistencial gozaba de una jerarquía de calidad y profesionalismo desde su fundación en 1957.
El anexo 1 de la Clínica Española, en la esquina de Rivadavia y España, es un complemento del sanatorio social especializándose en la atención ambulatoria, es decir para pacientes que no precisan de internación.
La internación y los estudios de complejidad y alta complejidad seguirán atendiéndose en el edificio principal en la calle Mitre. En tanto que los estudios e intervenciones de menor complejidad -que requieran de menor capacidad técnica- se tratarán en el nuevo edificio.
El 4 de marzo de 2011 se habilitó el edificio anexo de calle Rivadavia y España, donde se atiende a pacientes ambulatorios y se practican intervenciones de menor complejidad. La inauguración de la primera etapa de lo que será una clínica de día, con la más alta tecnología en el equipamiento y cumpliendo las más rigurosas normas de calidad, permite “concretar un verdadero sueño y llega para dar respuesta a los socios en particular y a la comunidad en general”.
Allí se brindan los servicios de kinesiología, laboratorio, diagnóstico por imágenes, oncohematología, ginecología, oftalmología, ART, medicina laboral, estudios e intervenciones de menor complejidad y consultorios médicos en general.
La salud fue desde siempre la mayor inquietud de los directivos de esta institución de tradición y cultura, la necesidad de la creciente población y el anhelo de contar con un centro de salud para brindar asistencia médica a sus asociados y a la comunidad en general y que permitiera desarrollar adecuadamente las especialidades médicas. Todo ello confluyó en la necesidad de emprender un proyecto de salud innovador y diferente.
El Consejo Directivo de este período 2013-2014 está presidido por José Morales Expósito y también lo integran Paulino González, Raúl Martín, Susana Malo, Alberto Pardo, Julio González, Eduardo Ramiro Cuestas, Ricardo González, Oscar Iglesias, Francisco Viegas, José Cores, María Fernández, Antonio Baztán, Alfredo Lang, Manuel Lago, Mario Riera, Fernando Lebrún, José Sáez, Horacio Reigada y Abel Ortego.
Créditos:
- Estracta del trabajo realizado por Walter Carrizo "Cien años de presencia española en la Patagonia Argentina" y artículo publicado en el Diario El Patagónico
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