Una especie de alga que llegó desde oriente amenaza con cambiar el ecosistema marino en las costas de Chubut. Se llama undaria y los expertos no saben como detener su crecimiento. El alga afecta uno de los recursos turísticos más importantes de Puerto Madryn y Pirámide: el buceo.

"En ciertos períodos se produce una explosión y proliferación del alga y no se puede ver el fondo del mar", explicó a Clarín Carolina Larrascoechea, integrante de la Asociación de Operadores de Buceo de Madryn.

Y agregó: "Hasta ahora los peces no se han ido pero cuando la undaria se desprende de sus lugares, erizos, caracoles y cangrejos quedan adheridos, el alga los arrastra hacia la costa y allí se mueren".

La preocupación es que existe una gran mortandad de animales autóctonos y además, la undaria no deja llegar la luz a las profundidades: también muere la flora del lugar.

La undaria llegó accidentalmente en barcos orientales y se instaló y creció en forma indiscriminada en el Golfo Nuevo, frente a las costas de Madryn. Su descontrolado crecimiento podría provocar el éxodo de especies como el salmón, al que la undaria le obstruye el ingreso a las cuevas llamadas "salmoneras".

El salmón es un recurso impor tante sobre todo para los pescadores artesanales. Pero además desde la llegada de la undaria, el fondo del mar ya no es el mismo: pudo comprobarse que forma bosques de más de un metro de altura y corta el pasaje de luz impidiendo el crecimiento de fauna marina autóctona.

Según dicen los especialistas, el alga se adueñó de los mejores lugares de buceo en la zona de Pirámide como los sectores denominados Isla Pardela, El Derby y El Barco. "Nos quedaremos sin estrellas de mar, anémonas y bivalvos", dicen los buceadores.

Lo cierto es que este alga, que crece en China, Japón y Corea, donde se cultiva para el consumo humano está cambiando las reglas del fondo marino en gran parte de la costa de Chubut.

"La undaria funciona prácticamente como 'un techo' sobre el arrecife", dijo la buceadora y aseguró que el problema se genera "debido a que esta especie invasora no permite el crecimiento y oxigenación de las demás especies".

Los científicos recomiendan a los barcos no zarpar con los cascos sucios. La misma recomendación es para los veleros. El alga invasora puede ir pegada a boyas, sogas y redes de pesca.

Crece con facilidad ya que se han encontrado ejemplares a más de 20 metros de profundidad y también en las rocas de la orilla. Y entonces aparece en la costa provocando molestias a los bañistas: cuando se descompone, como toda alga produce un olor nauseabundo.

Para reproducirse no necesita más que viajar con las mareas.

Por eso esta alga asiática también creció hacia el sur. Se la detectó en Camarones y Caleta Malaspina, a 200 kilómetros de Madryn. En esa zona crece la gracilaria, un alga de gran importancia comercial y alimenticia, vital para la fabricación del dulce de batata, gelatinas y mermeladas.

La undaria está entorpeciendo su desarrollo a tal punto que quienes la utilizan ya tienen que importar una cantidad considerable.

La primera planta apareció en 1992 en el Muelle Almirante Storni. Después desapareció pero se detectaron otra vez ejemplares en el otoño de 1993. Desde entonces el crecimiento no se detuvo como ha pasado en otros países. Los investigadores del Cenpat alertaron hace diez años sobre la aparición de la especie: pero nadie los escuchó.
 

En sopas y ensaladas

La undaria se extiende a razón de dos metros por día. Por eso, resulta imparable.

Esta especie se cultiva en Japón, el sur de China y Corea. Y se usa en la preparación de sopas y ensaladas. Y también para preparar bocaditos tipo canapé. Se la conoce también con el nombre de "wacane".

Según creen quienes la están investigando, sea cual fuere la estrategia a seguir, las poblaciones que ya se han desarrollado en la zona del Golfo Nuevo son imposibles de erradicar. Ahora sólo se espera evitar que se siga extendiendo con la misma rapidez.  

Crédito: Por Carlos Guajardo. Chubut. Especial. Publicado en el Diario Clarín. (15/09/05)