En el último tiempo varios varamientos fueron registrados en la Península y los hechos fueron encuadrados en el análisis y estudio que la Fundación viene llevando adelante desde hace un tiempo atrás, no solamente para conocer las causas sino también para optimizar el funcionamiento de los mecanismos ante hechos de esta naturaleza.

Península Valdés es uno de los lugares donde se registran más varamientos de ballenas Francas.

Durante el año 2004 fueron en total 20 los varamientos que se habían registrado, pero en el año 2005 la cifra se disparó a un total de 41 casos, siendo en su mayoría ballenatos.

Generalmente los varamientos pueden ser de animales muertos, que son arrastrados hasta la costa, o también de ejemplares vivos que pueden llegar solos -a veces una madre con su cría- o extraordinariamente muchos juntos, en un mismo momento y lugar.

De acuerdo al análisis sobre el cual trabaja la Fundación en el marco del proyecto, se considera la posibilidad de que en realidad semejante variación en las cifras pueda obedecer también al mejoramiento de la red de varamientos con la que están trabajando.

En esta línea de pensamiento se evalúa que en realidad la cifra de varamientos podría ser algo mayor a la de años anteriores, pero que sin embargo sería la mejora de la red lo que en verdad permita registrar una mayor cantidad, en función de que se hayan optimizado los mecanismos para encontrar a los ejemplares varados.
 

Análisis sanitarios

Ante esta situación, especialistas de la fundación, las biólogas Luciana Musmeci y Luciana Pozzi, realizan distintos análisis de los animales para buscar conocer las causas que podrían haber llevado a los animales a salir en las costas.

En este sentido, trabajan realizando la medición de los ejemplares y también tomando muestras de grasa para enviarlas a analizar, como también pueden realizarse distintos estudios de órganos, tejidos y mediciones del cuerpo para conocer la posible causa de muerte.

Muchos datos como el sexo, la longitud del animal, la edad, la madurez sexual y la posible existencia de heridas, contribuyen a la investigación, como también la tardanza en el hallazgo de los ejemplares muertos puede afectar negativamente las investigaciones.

Estas actividades se encuadran en un proyecto denominado «Programa de monitoreo sanitario de ballena franca austral en Península Valdés» cuyos directores son Victoria Rowntree, de Whale Conservation Institute (WCI), y la Médica Veterinaria Marcela Uhart, de Wildlife Conservation Society (WCS).

A su vez el proyecto es avalado por la Fundación Patagonia Natural-WCS-WCI/ICB (Instituto de Conservación de ballenas) y recientemente se incorporó también la fundación Ecocentro.

El programa cuenta con financiamiento internacional proveniente del NMFS (National Marine Fisheries Service) y está a cargo de las tareas de campo la bióloga Luciana Pozzi.
 

Red de contactos

En Península Valdés el programa funciona junto a una red de contactos que da aviso sobre los animales que aparecen en las playas.

Esta red está integrada por una gran cantidad de individuos y organizaciones locales y ha demostrado ser una herramienta muy útil de trabajo para poder hallar animales frescos en sitios remotos, así como acceder en forma expeditiva a varamientos ocurridos en playas de campos privados.

Además de contar con esta red de aviso, el equipo a cargo del programa recorre las playas de Península Valdés periódicamente.

Participan del proyecto el Instituto de Conservación de Ballenas, la Fundación Patagonia Natural, la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (en inglés Wildlife Conservation Society-WCS) y la Fundación Ecocentro, además de contar con la valiosa ayuda de instituciones y voluntarios locales.  

Créditos:

Publicado en el Diario El Patagónico (20/11/05)