Un perro perdió la vida, pero es probable que ello haya salvado la de cualquier ser humano, que podrían haber sido escolares que en horas del mediodía de ayer ingresaban al turno tarde y salían del turno mañana de la Escuela provincial Nº 119.

El can caminaba por una vereda de calle Saavedra y al pasar por una columna situada a escasos metros de una farmacia de la esquina de Saavedra y San Martín, rozó una de las columnas de alta tensión y, al decir de testigos, cayó fulminado como un rayo.

El alerta no se hizo esperar y en contados minutos arribó una comisión policial de Comisaría Segunda que constató la peligrosidad de la situación y mientras alertaban a la guardia de la S.C.P.L. cuyo personal acudió en forma inmediata, cercaron varios metros a la redonda el lugar con las cintas que daban cuenta del peligro para la vida.

Aquellos sensibles amantes de los animales lamentaban la muerte del desconocido can, a quien tal vez niños y otros amos esperaban en algún lugar, pero por otra parte se consolaban pensando en que el sacrificio valió la pena para alertar de tomar las precauciones necesarias y evitar males mayores.

Una vez que operarios de la Sociedad Cooperativa trabajaron y lograron extinguir el peligro, una cuadrilla de la empresa Clear se encargó de levantar los restos del desconocido perrito que, tal vez sin quererlo, entregó su vida pero salvó la de seres humanos, esa raza que todavía hoy contiene a un sector "archienemigo" de esa inocente especie animal.  

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Publicado en el Diario Cónica (28/06/05)