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Los pequeños crustáceos parásitos fueron removidos de una ballena franca, especie que fue llevada al borde de la extinción por los cazadores comerciales.Los elementos genéticos de los piojos que viven sobre esas ballenas revelan que los enormes cetáceos se dividieron en tres especies hace unos 5 o 6 millones de años, y que esas especies eran igualmente abundantes antes que empezara la caza de ballenas.
El estudio fue llevado a cabo por científicos de la Universidad de Utah en Estados Unidos, y aparece en la revista académica Molecular Ecology.
Ballena francaLa especie de cetáceo en mención es llamada ballena franca, cuyo nombre en inglés se traduce literalmente como "ballena correcta", conocida así pues fue señalada como la más apropiada para la cacería.
Tenia la particularidad de flotar después de haber sido arponeada, lo que facilitaba su recolección por los cazadores.
Estas ballenas francas fueron las primeras en ser cazadas comercialmente, hace mil años.
Pueden alcanzar un tamaño de 18 metros y un peso de 70 toneladas.
Cerca a la extinciónDos de las tres especies de ballena franca están al borde de la extinción.
Sólo sobreviven unas 200 en el Pacífico norte y 350 en el Atlántico norte, mientras que las poblaciones en el hemisferio sur fluctúan entre 8.000 y 10.000.
La nueva investigación estudió los genes de los llamados piojos de las ballenas -que no son piojos propiamente dichos sino pequeños crustáceos inofensivos que viven en la piel de los mamíferos marinos-.
La idea era estudiar la evolución de estos gigantes entrando en la estructura genética de las criaturas que han pasado el mayor tiempo con ellas.
Es una aproximación que ha sido intentada antes con otros animales, pero es la primera vez que se usa con ballenas.
"Jinetes de ballenas""Los investigadores de ballenas han soñado poder viajar con las ballenas y ver el mundo que ellas experimentan", dijo la coautora del estudio, la doctora Vicky Rowntree.
"Los piojos de las ballenas han estado haciéndolo por millones de años y pueden decirnos cosas acerca de las ballenas que no podemos aprender de ninguna otra manera", agregó.
Los ciánidos parecen cangrejos en miniatura y tienen entre 0.5 y 1.5 centímetros de longitud.
Cerca de 7.500 de ellos viven en la superficie de una sola ballena, alimentándose de su piel.
Una historia comúnYa que pasan su vida entera sobre las ballenas, ambas especies poseen una historia común.
Y en algunos aspectos, los genes del parásito realmente le cuentan a los científicos más acerca de la historia de las ballenas que los mismos genes de estas últimas.
Los piojos son genéticamente más diversos y tienen mayor numero de mutaciones ("errores de ortografía") en su ADN que pueden ser rastreadas por los científicos.
Esto es porque hay muchos más de ellos, y se reproducen mucho más seguido que las ballenas.
En otras palabras, la historia compartida de ambos animales es más fácil de leer en los piojos.
La particiónLas ballenas francas son particularmente buenas para este tipo de estudio, pues albergan a tres especies distintas de piojo.
Los biólogos de la Universidad de Utah recogieron los parásitos de ballenas francas atascadas en playas de todo el mundo -ocho en el hemisferio sur, cuatro en el Atlántico norte y una en el Pacífico norte-.
Extrajeron ADN y analizaron ciertos genes encontrados en la mitocondria, las minúsculas "estaciones de energía" de las células.
Este mtDNA, como se conoce, se ha convertido en una herramienta útil para estudiar la evolución.
Va mutando -es decir, aparecen errores- a una tasa constante, lo que quiere decir que puede usarse como un "reloj molecular" para investigar la historia de la especie.
Utilizando esta información, ellos construyeron árboles genealógicos para mostrar la relación entre ciánidos y, por ende, entre las ballenas francas.
Hace millones de añosEl estudio ofrece un estimativo de cuando una especie de ballena franca se separó en tres especies distintas, calculando que ocurrió hace 5 o 6 millones de años.
Se sabe que la ballena franca del Atlántico norte tiene una diversidad genética menor que la del hemisferio sur.
Pero el nuevo estudio demuestra que "la diversidad genética del piojo de ballena es virtualmente tan grande para la ballena franca del Atlántico Norte como para la del hemisferio sur".
"Esto sugiere que la diversidad genética reducida de la ballena franca del Atlántico norte ocurrió recientemente, posiblemente debido a la caza", añade el estudio.
Créditos:Por Alison Ross. Publicado en el Sitio BBC Mundo (21/09/05)
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