El intendente Raúl Simoncini retornó entusiasmado de su visita al emprendimiento de mitilicultura —denominación que recibe el cultivo de mejillones y ostras— iniciado en Bahía Bustamante, a unos 160 kilómetros al noreste de Comodoro Rivadavia. Ello lo decidió a tratar de impulsar unos 15 proyectos sobre el tema que se encuentran en la Agencia de Desarrollo, esperando luz verde para el crédito.

En diálogo con El Patagónico, el intendente Raúl Simoncini reconoció que la visita al emprendimiento que lleva adelante la empresa Soriano SA la había solicitado él por sugerencia de la titular de la Adeloc, Digna Hernando.

«Estamos trabajando firmemente en el tema de la diversificación y como esta es una posibilidad concreta, quería verla con mis propios ojos», dijo, para agregar que visitó todo el emprendimiento acompañado por el titular de la empresa, Lorenzo Soriano, y del biólogo marino Ignacio Agulleiro.  

Rendimiento económico

Al ser consultado sobre la impresión que se llevó de la visita, Simoncini reconoció que «se está trabajando de una forma totalmente artesanal».

Relató que fue a ver el banco de clasificación, «donde vimos que son de muy buena calidad, limpios y de un tamaño realmente importante. Realmente, el rendimiento de un año ha sido bueno». Después fue llevado a ver el lugar de siembra del mejillón.

Para Simoncini, lo positivo del emprendimiento es que «es económico, ya que los elementos utilizados para la siembra pueden ser reciclados, y el rendimiento por unidad de prestación es alto».

Una traba que tiene la industria en nuestra provincia es que «no se puede comercializar hacia el exterior porque no tenemos una clasificación de la calidad de mar que exigen normas internacionales para poder exportar.

Vamos a tener que cooperar en el desarrollo de esta empresa para lograr exportar, donde el precio sería diferente porque en lugar de venderlo a 2,5 pesos el kilogramo de mejillón, se podría vender a un precio de 2 ó 3 dólares. Ello daría una rentabilidad muchísimo más alta».  

Apoyo municipal

Al ser consultado si el municipio apoyará ese tipo de emprendimiento, aseguró que sí y señaló que «hay 15 emprendedores interesados en invertir. La idea es que los proyectos se puedan llevar adelante en Bahía Bustamante porque se necesita una zona de protección y ahí es ideal».

Anticipó que hoy tendrá un informe completo de quiénes son los emprendedores.

Pero el entusiasmo que le produce el proyecto es que «también interviene el Colegio de Biología Marina, que está haciendo una experiencia local en la zona de Refugio Los Lobos, con semillas que fueron obtenidas por Lorenzo Soriano».

En cuanto a la inversión crediticia que haría Adeloc, Simoncini no la tenía precisada porque los emprendedores tenían que realizar un estudio de costos, «pero es bajo porque no es mucha la inversión que hay que efectuar».

El intendente de la ciudad señaló que es una industria importante y no comprende «las dificultades que introducen algunos sectores técnicos de la provincia que no impulsan o estimulan este tipo de desarrollo».

A pesar de ello consignó que «desde la localidad le vamos a dar todo el impulso necesario porque me parece fenomenal. Aparte, no tiene ningún tipo de alteración, de contaminación, de depredación. Así que es un rendimiento absoluto y pueden vivir muchas familias perfectamente bien».

Finalmente, Simoncini reconoció que la industria «está en una etapa muy artesanal, pero si la podemos industrializar con apoyo económico y financiero, con evaluación técnica, será una diversificación económica para la región».  

Soriano está autorizado para explotar 200 toneladas anuales

La firma que realiza la explotación de mitilicultura en la zona de Bahía Bustamanete es conducida por Lorenzo Soriano, quien durante el segundo gobierno de Carlos Maestro se desempeñó como ministro de la Producción.

Soriano comenzó con la actividad en el año 2002, cuando fue habilitado por la Legislatura a encarar una prueba piloto. El 14 de noviembre del año pasado, mediante la disposición 179, fue autorizado a realizar el «cultivo de mejillón a escala industrial en las concesiones de Soriano SA, para alcanzar una producción de 200 toneladas anuales».

Pero la historia de Soriano y su vinculación con Chubut es mucho más antigua. Llegó a la zona en 1953, buscando algas marinas para poder extraer coloides que le permitieran continuar con la fabricación del fijador para cabello Malvik, actividad iniciada en 1947.

Luego de recorrer la costa patagónica en busca de algas marinas y de realizar el primer relevamiento junto a sus hijos Lorenzo (hoy al frente de la empresa), Salvador Guillermo, Eduardo y Mario Francisco, comienzan la recolección de algas macrocystis, gracilarias y gigartinas.

En uno de sus viajes por la inhóspita costa, descubre Bahía Bustamante, conocida como «Bahía Podrida» debido a la acumulación de algas marinas en estado de putrefacción, dando comienzo este exclusivo pueblo alguero.

Unicamente existían dos construcciones frente al mar. Una era un pequeño bar donde se alojaba en tres pequeños dormitorios a los estancieros a la espera de los barcos para el envío de su producción donde realizaban intercambio de lanas y mercaderías para su consumo.

La segunda construcción pertenecía a la familia Nolman. Allí se instalan y comienzan a construir lo que hoy es Bahía Bustamante, donde construyeron casas y habitaciones para más de 400 personas; escuela; iglesia; comisaría; depósitos; talleres; proveeduría. Los primeros años trabajan con carros tirados a caballos, para luego incorporar algunos tractores y finalmente palas cargadoras. Ese fue el comienzo de «Industria Soriano».

 

Industria en expansión

El cultivo de moluscos bivalvos es una industria que está en constante expansión, incluso en nuestro país donde un emprendimiento ubicado en la costa del Golfo San Matías (Río Negro) logra unas 15 toneladas al año.

En Latinoamérica, Chile ya llegó a una producción de unas 15.000 toneladas por año y continúa en expansión.

La producción mundial supera el millón de toneladas, de las cuales 500 mil son cosechadas en China.

En Galicia (España) hay unos 3.000 parques o centros de cultivo, los cuales producen unos 3 millones de kilos al año.  

Cómo se cultiva

El cultivo del mejillón se basa en la captación de semilla —entre los meses de setiembre y octubre— de este molusco sobre los colectores; es decir estructuras adecuadas para que las larvas se fijen y crezcan hasta una talla de entre 2 y 3 centímetros.

La semilla así captada es removida de los colectores y puesta en engorde entre abril y mayo. Este proceso consiste en incluir la semilla en redes tubulares de algodón envueltas por una red anchoitera: cuerdas de cultivo.

Las cuerdas de engorde serán cosechadas a partir del mes de noviembre hasta marzo de cada año. La técnica utilizada es un sistema de suspensión denominado long-lines sumergidos, que consiste en una línea de 100 metros útiles, dimensionada para albergar colectores o cuerdas de engorde.

Cada línea tiene riendas que la unen a los fondeos de 400-500 kilos de peso en ambos extremos. Para dar flotabilidad al sistema, se emplean boyas, agregándose éstas en función de la evolución del peso de los mejillones de cultivo.  

Estracta: Diario El Patagónico. (22/03/04)