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En vísperas del Día Nacional de la Donación de Organos -que se celebra hoy-, la Fundación Favaloro reunió a tres de las cuatro personas que el 12 de abril de este año protagonizaron un suceso inédito en la historia argentina de los trasplantes: cada uno de ellos recibió un órgano, en forma simultánea, proveniente de un único donante.Con excepción del paciente de Tandil, Teodoro, de 58 años, que recibió un pulmón pero no pudo participar del evento, ayer se reunieron Antonio (de 56), receptor del corazón; Alicia (de 56), del otro pulmón (el izquierdo) y Macarena, de tan sólo cuatro años, que recibió el hígado.
Antes del trasplante vivían postrados y sólo a un mes y medio de la operación ya estaban reunidos en el aula magna de la Universidad de la Fundación Favaloro, contándolo todo ellos mismos, siempre que -igualmente entusiasmados- los familiares no interrumpieran. Hasta habló Macarena, en su media lengua.
Los autores de estas complejas cirugías fueron los doctores Roberto Favaloro, director del Departamento de Cirugía Cardiovascular; Gustavo Podestá, director de la Unidad de Hígado, Cirugía Hepatobiliar y Trasplante Hepático; Carmen Gómez, jefa de Anestesiología, y el cirujano José Abud, junto con su equipo.
Un trabajo coordinado
Todo comenzó en Mar del Plata. Allí, una mujer de 39 años recibía el diagnóstico de muerte cerebral en el hospital Interzonal de la ciudad atlántica. Ella había elegido donar y los familiares avalaron su voluntad.
Entonces, alguien se comunicó con el Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implantes (Incucai) y dos equipos viajaron a Mar del Plata, uno para la ablación de los órganos intratorácicos (que se obtuvieron en bloque, el corazón y ambos pulmones) y otro para la ablación del hígado de la donante.
En tanto, en Buenos Aires, los especialistas de la Fundación Favaloro convocaban y preparaban para una cirugía de urgencia y muy especial a los cuatro receptores. El trabajo de coordinación entre los equipos médicos, paramédicos, administrativos, los entes coordinadores regionales y el sistema de transporte es crucial para el éxito de un trasplante.
En ese sentido, hace poco más de dos meses se instrumentó el Programa Nacional de Procuración, que designó 56 coordinadores hospitalarios en todo el país, para detectar donantes y mantener apropiadamente los órganos.
Historias de sobrevivientes
Alicia, que estrena pulmón, sabe exactamente cuánto medía el cable que la mantenía viva: 8,66 metros. Eso era todo cuanto podía alejarse de la garrafa de oxígeno de la que dependía, por el enfisema pulmonar que la tuvo tres veces al borde la muerte y casi tres meses sostenida por un respirador automático.
A Macarena, de 4 años, le habían diagnosticado hepatitis A a comienzos de marzo de este año. José y Adriana Caballero, sus padres, se habían anotado en el Incucai como donantes antes de que la vida de su hijita estuviera seriamente comprometida por una hepatitis que se convirtió en fulminante.
Mientras el matrimonio se hacía análisis de compatibilidad para convertirse, uno de ellos, en donantes vivos de la niña, la posibilidad de recibir un órgano donado apareció el 12 de abril. "Uno no sabe lo que significa la donación hasta que no está en una lista de espera", dice el padre.
"Nos avisaron a las 10 y a las 12 la nena estaba en el quirófano", cuenta el papá con acento mendocino. La operación duró nueve horas y fue un éxito.
"Muy contento", dice sencillamente Antonio cuando se le pregunta qué sintió al saber que lo trasplantarían. La suya fue una larguísima espera de 418 días. Sufría una miocardiopatía dilatada y ya lo habían operado de las coronarias en 1991. Ahora, tiene un corazón nuevo.
"En la Argentina, la donación de órganos creció entre un 3 y un 5% anual en los últimos cinco años -dijo Favaloro-. Pero también aumentó el 15% la cantidad de pacientes en lista de espera."
Albertina Pugliese, vocera del Incucai, afirmó que un país modelo en materia de trasplantes es España, donde prácticamente no hay listas de espera, dada la alta proporción de donantes entre la población. El sistema argentino se creó siguiendo el modelo español.
Pugliese agregó que la negativa familiar, que es la causa más importante de la imposibilidad de trasplantes, disminuyó un 6% entre 1998 y 2000.
En tanto Antonio, Alicia, Teodoro y Macarena disfrutan de su nueva vida, 342 personas esperan un hígado; 5197, un riñón; 274, corazón y pulmones. Entre ellos, 204 tienen menos de 18 años.
Si bien un donante puede salvar siete vidas, sólo cuatro de cada 1000 fallecidos está condiciones de ser un donante efectivo.
Estracta:
Por María Ortiz Buchanan
De la Redacción de La Nación
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