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El Libro
Permanece impávido tu nervioso
lomo reposando en el estante.
Quietas las pálidas páginas maltratadas,
brillantes las doradas inscripciones en el pecho.
Se te ve con aire tan sereno y taciturno,
altiva y retadora la espalda de cuero,
de volcán el corazón secreto.
Tu lectura justifica mis tardes,
eres amo y esclavo al mismo tiempo.
Sabes que tu destino son mis manos.
Sabes que en cuanto te abra me posees.
Carlos Siboldi
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Carlos Siboldi, hace apenas unos años...
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Una Opción
La tinta que se expresa.
La idea, la palabra no dicha,
la alegría, el vértigo, la ceniza
del cuerpo, la tristeza, la dicha.
El paisaje escondido, el espejo,
los suaves violines, el arpa, el eco.
La angustia pétrea de los rostros,
el cavilar de los dedos enlazados,
la incontable cabellera de la espera.
Los susurros crepusculares del jardín,
el vals del río en los declives, el sonido,
Mozart, Bach, Vivaldi o el silencio.
El adios perentorio de la flecha y el arco,
el insondable camino recorrido, el blanco.
El dolor, la despedida y la promesa,
los abstractos pensamientos, la caída.
El vasto universo y su salida,
la marchita poesía.
Carlos Siboldi
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Ilustración: Mariana Carolina.
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Así te quiero
Así te quiero, así te amo.
Te recuerdo.
Recuerdo esos ojos negros,
y tus labios rojos.
Labios que los míos reclaman cada atardecer
cuando ya los pájaros callan su cantar
porque comienza la luna
a nadar en la inmensa oscuridad.
Y yo amor...yo,
te extraño, susurro por lo bajo tu nombre,
reclamo día tras día tu presencia y no,
no llegas.
Sin más ahora te reclama mi corazón dolorido,
corazón quebrado, cansado.
¿Cuánto durará esto?
¿Cuánto?
Ay amor ¡si pudiera responder!
no más que aún no sé.
¡No se cuanto durará!
Sé lo sé que mi llanto por tí
culmina en este escrito...
escrito que contiene angustia, tristeza
y un gran y verdadero amor por tí.
Así te quiero, así.
Te recuerdo y mas te aclamo.
Escribo, y más te amo.
Susana Sandrini
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