"Malvinas" -la pertenencia y la guerra- tendrá un sentido especial, igual o diferente, para cada argentino como diferentes serán las sensaciones que surjan en los actos escolares, públicos o militares que se realizan hoy a lo largo y ancho de esta Patria en la que aún hoy se debate sobre la justicia y la oportunidad de lo sucedido aquel 2 de abril de 1982.  

Desde lejos

Desde el fondo de la historia surge la figura de aquel correntino, peón en la Isla Soledad que tuvo la valentía de arriar la bandera inglesa que, días antes, había remplazado la argentina. Además del coraje de 'pasar a degüello' a los explotadores y usurpadores de aquel momento. Corrían días de verano en 1833.

El gaucho y sus hombres esperaron en vano que llegaran los refuerzos argentinos para tomar posesión de ese territorio. En su lugar llegó un barco inglés que puso en funciones a su primer gobernador.

El gaucho y sus hombres fueron apresados, engrillados y trasladados a Londres donde el tribunal no encuentra cargos y los repatrian. Al resto de los argentinos, en su mayoría peones, los trasladan hasta Montevideo donde los dejan.

El siglo pasó de largo y recién en los años ‘60 se 'reactivó' el pedido vía diplomática. Para entonces, miles de argentinos habían aprendido en la escuela que "las Islas Malvinas son Argentinas". Los abuelos de los niños de hoy recuerdan que siempre estuvo integrada a los mapas.  

Desde la Guerra

El contexto político del país en abril de 1982 mezcla y confunde reivindicaciones históricas con las pretensiones de la Junta Militar.

Días antes se había realizado una extraordinaria marcha de protesta al régimen por las calles de Buenos Aires y, en ese momento inclusive, muchos argentinos pensaron que el operativo militar del 2 de abril no era más que una maniobra para estirar un tiempo de poder que se caía por su propio peso.

Otros, en ese mismo instante, se olvidaron de la situación política y social que vivía el país, salieron a festejar la recuperación y alentaron la acción con un sentido patriótico alimentado desde la infancia.

El gral. Galtieri, comandante de la fuerza y presidente del país en ese momento, salió al histórico balcón, abrió los brazos y arengó a la multitud.

Otros hicieron el esfuerzo, separaron las aguas e inmediatamente se movilizaron para acudir en ayuda de los soldados o para apoyar de un modo u otro lo que concretaba una reivindicación histórica.  

Aquí y ahora

El aliento a los que marchaban a la guerra se convirtió en silencio después del 14 de junio, tras una derrota que el gobierno militar no podía ocultar tras ningún operativo de prensa.

Tras muchas idas y vueltas, protestas y presentaciones ante el Estado, los veteranos de guerra tienen obra social, algunos tienen trabajo asegurado y otros lograron que les otorguen una vivienda.

Pero más allá de este tema puntual, la posición estratégica y económica que ofrece la cuenca marina de las islas, ya sea por la pesca o los yacimientos minerales, las islas Malvinas son un tesoro que los ingleses cuidan, mientras un puñado de argentinos persiste en la reivindicación frente a la postura de independencia que aspiran los kelpers, más allá de los beneficios que les ofrecen sobre todo después de la guerra.  

Estracta:
Diario Crónica (02/04/03)