Comodoro Rivadavia - Chubut Argentina
"Capital del Viento"

Historia Argentina

Rescate bajo el fuego enemigo “Esa era mi función”

 


Suboficial Auxiliar Carlos O. Ortiz.

Relato del Suboficial Auxiliar Carlos O Ortiz, fallecido el 22 de julio de 2012.  


“El 2 de abril de 1982 al enterarme que las islas Malvinas habían sido reconquistadas, de inmediato me anoté como voluntario.

El 10 de abril, siendo las 04:20 hs aterrizamos con un C-130 en las islas, el personal militar de sanidad era el siguiente: Mayor Fernando Espiniella (médico), Mayor Juan R Martin (médico), Mayor Roberto Stvrtecky (odontólogo), Primer Teniente Alberto Fernández (bioquímico) y Cabo Principal Daniel Quiroga (enfermero) también voluntario.

Instalamos un puesto sanitario en el Aeropuerto con una carpa para veinte camillas, la instalación fue realizada por el Cabo Principal Quiroga y los soldados Funes y Neón, en el Aeropuerto había aproximadamente 800 efectivos entre las tres Fuerzas Armadas.

Al no tener puesto sanitario Marina y Ejercito, nosotros le dimos la cobertura teniendo suficiente cantidad de material y personal para la atención.

Con el paso del tiempo percibíamos que la situación era cada vez más grave, y que en cualquier momento íbamos a ser atacados, efectivamente el 30 de abril se ordena el refuerzo del puesto sanitario del Aeropuerto con dos médicos, dos enfermeros y cuatro camilleros, y el resto del personal en el hospital militar conjunto.

Como me parecía que dos enfermeros eran pocos, le pedí al Mayor Espiniella ir al puesto sanitario del Aeropuerto, me autorizó diciendo: “el riesgo es suyo”.

Cuando nos atacan los Vulcan a las 04:45 hs del día 1° de Mayo tuvimos heridos de distinta consideración, pero hubo dos casos que me tocó atender y fueron los siguientes: el primero un suboficial de la Armada que tenía una herida en una pierna causada por una esquirla, con una importante pérdida de sangre.

Me entero a través de un soldado de ARA que me avisa de la situación, como estaba a 200 metros fui de inmediato. El herido estaba consciente, enseguida le apliqué un torniquete, le inyecté un calmante, lo cargué al hombro y lo trasladé al puesto sanitario donde estaban los médicos para luego trasladarlo a la ciudad.

El otro caso fue el Capitán Dante Dovichi (FAA): la onda expansiva de una bomba lo arrojó por las escaleras de la torre de vuelo causándole traumatismo en la columna (posteriormente se comprobó que era fractura de una vértebra), se lo trasladó al puesto sanitario inmovilizándolo en una camilla y se quedó en el refugio.

Mientras tanto tratamos de organizar la evacuación a la ciudad junto con las otras fuerzas; efectivamente, con el Cabo Principal Saldivia, Cabo Principal Albert y soldados camilleros cargamos a los ocho heridos más graves en una ambulancia, hicimos unos 400 metros y vimos que en el camino había impactado una bomba.

Era imposible seguir y tuvimos que volver al puesto sanitario, bajamos a los heridos y los trasladamos al refugio. De la ambulancia hasta el mismo había unos 150 m, como el Capitán Dovichi era bastante corpulento lo dejamos a un costado.

En ese momento hubo alarma roja (ataque aéreo), inmediatamente corrí hacia el refugio. Al escuchar el pedido de auxilio del Capitán Dovichi me volví junto a él, al ver que era imposible trasladarlo me dice “acá nos matan “, lo tranquilizo y le digo “a este bombardeo lo aguantamos juntos”. (*)

Mientras tanto pasaban dos Sea Harrier prácticamente por encima nuestro, iban de este a oeste, es decir en forma paralela a la pista (iban ametrallando), a mitad de pista sobre el sector izquierdo había una batería de cañones antiaéreos de20 mma cargo del Cabo Principal Almada que le pegó a uno de los aviones, produciéndose una gran humareda y pérdida de altura.

Casi en forma inmediata otra escuadrilla de Harrier atacó de norte a sur, pasando muy cerca de nosotros ligeramente desplazados hacia el oeste.

Hasta el día de hoy recuerdo con total nitidez cuando se desprendieron las bombas del avión que por un trecho siguieron la misma dirección, impactaron y explotaron a una distancia de 100 metros.

Recuerdo también que estaba saliendo el sol y los rayos se reflejaban en los cascos y cabinas de los pilotos.

Pasado todo esto, el Capitan Dovichi me preguntó por que me arriesgué tanto, le conteste que “esa era mi función”, luego sin problemas lo trasladamos al hospital conjunto.

El 29 de mayo hubo un ataque naval a las 23:00 hs aproximadamente, con el impacto de un misil en el puesto comando, ahí muere el Primer Teniente Castagnari y también hubo heridos de distinta consideración, nos avisaron y salimos con el Capitán Loncharich y un soldado camillero, mientras yo manejaba, el Capitán y el soldado iban caminando al lado de la ambulancia indicándome el camino, pues por razones de seguridad, no podíamos encender las luces.

Llegamos a un lugar donde había agua, era el cráter de una bomba de ataques anteriores. Como no había otra alternativa entré con la ambulancia y me quedé en el medio, puse la tracción en las cuatro ruedas cortándose el cardan trasero, por la fricción con piedras de gran tamaño.

Igualmente pudimos llegar y pedimos refuerzo de otra ambulancia, la que llevó los heridos mas graves. Mientras que el Capitán Loncharich y el soldado camillero se fueron con los heridos, el Vicecomodoro Gamen me ordena que lleve el cadáver del Primer Teniente Castagnari en un jeep, pues la ambulancia había quedado fuera de servicio.

Entonces el Cabo 1º Ayala (chofer del Comodoro Destri) me ayudó poniendo el jeep en una playa, mientras traían en una camilla arrastrándola hasta el vehículo. Cuando estaba tratando de cargarlo hubo otro ataque naval tanto o más intenso que el primero; con la diferencia que la zona batida era donde yo estaba, me encomendé a Dios y me quedé cuerpo a tierra al lado del jeep como única cubierta.

Por la parte inferior de la carrocería observaba como el fuego de la fragata se dibujaba en el cielo, algunos disparos pasaban de largo otros quedaban cortos. Cuando la situación me lo permitió salí corriendo hasta el puesto comando, sorprendiendo el Comodoro Destri al verme; luego me fui caminando hasta el puesto sanitario distante a unos 400 metros.

Al llegar, el Capitán Loncharich, el Cabo 1º Campos y los soldados se quedaron sorprendidos, pensaron que me había pasado lo peor. Dentro de la tensión tuvimos un momento de gran alegría, el encuentro fue muy emotivo. Luego volví a buscar el cuerpo del Primer Teniente Castagnari esta vez en la ambulancia averiada.

Después de muchos contratiempos pude llegar a la ciudad a las 13:00 hs entregando el cuerpo y todas las pertenencias a su inmediato el Capitán Spadano.

Por último, debo destacar que desde nuestro jefe el Mayor Fernando Espiniella hasta los soldados camilleros todos cumplieron con gran patriotismo la misión encomendada.”  


(*) Por esta acción antes mencionada y por otras en las que se destaco durante la Gesta de Malvinas fue condecorado con la medalla La Nación Argentina al valor en combate según ley 22.607 (1982) y sucesivos.

 


Créditos:

 



    Historia
Página Principal