El día de la Reafirmación de los derechos soberanos sobre Malvinas guarda especial trascendencia después de la guerra librada con las fuerzas inglesas por la posesión del archipiélago irredento en 1982 y marca un hecho que deja plasmado la ocupación argentina histórica del archipiélago austral.

Muchas son las historias que se vivieron y se contaron del enfrentamiento bélico y de sus protagonistas pero, una de ellas, revelada en este conmovedor relato, tiene como "protagonista" a la Bandera de Guerra del RI8 que no llegó a ser arriada por manos extranjeras aquel 14 de junio, fecha de la rendición de las tropas argentinas.

Durante el conflicto de las islas Malvinas, el Regimiento de Infantería 8 -actual Regimiento de Infantería Mecanizada 8- ocupó Bahía Fox, en la isla Gran Malvina, lugar al que arribó el 14 de abril de 1982.

Para ese entonces, los soldados del regimiento que en su mayoría pertenecían a la Clase 63 y todavía no habían jurado fidelidad a la Enseña Patria, tuvieron el honor de hacerlo en una emotiva ceremonia, frente a la Bandera de Guerra de la unidad pisando la turba malvinense.

El 14 de junio al producirse la rendición, esta misma bandera, cargada de gloriosa historia, corría el serio peligro de caer en manos inglesas, por lo cual el Jefe de Regimiento, Tte. Cnel. Arnesto Alejandro Repossi, le ordenó a personal de su plana mayor llevarla a toda costa de vuelta al continente.  

Ocultar para conservar

Finalizada la reunión, a última hora de la noche y ante la posibilidad de la inminente presencia enemiga en la zona, el Teniente Primero Gustavo Marcelo Giglio se reunió con el Teniente Primero Hernán Vecchietti, Teniente Primero Rafael Julio Barreiro, el Sargento Ayudante Mario Oscar Ceballos y el Sargento Eduardo Enrique Montivero, decidiéndose como única posibilidad para cumplir la misión, desarmar la bandera y repartirla entre ellos, escondiéndolas entre sus ropas. Pese a los riesgos, lograron sortear con éxito todos los controles personales a los que fueron sometidos por las tropas inglesas mientras permanecieron en calidad de prisioneros, logrando que el histórico Emblema Nacional parte de la vida misma del RI8 no cayera en manos enemigas.  

Estracta:
Diario Crónica (10/06/02)