La independencia de USA el 4 de julio de 1776 fue, junto con la revolución francesa, el hecho desencadenante para que las llamadas Nuevas Ideas se expandan por todo el continente americano.

Paradojicamente, hoy Bush va en busca de apoyo a Europa para la lucha contra el terrorismo y pide cohesión internacional en este tema mientras se niega a que se cree una comisión investigadora imparcial que descubra qué grado de conocimiento tenía la Casa Blanca sobre los atentados del 11 de septiembre.

Paradojas que plantea la historia, ya que en ese momento la ineficiente administración de las colonias españolas por parte de España y su sistema comercial de tipo monopólico hicieron sentir a los criollos que sólos podían construir una nación rica y libre.

¿Que dirían los contertulios de la jabonería de Hipólito Vieytes si vieran hoy a nuestros gobernantes "mendigando" apoyo de los mandatarios europeos, que ven los números negativos de las empresas de sus países en gran parte a causa de la crisis que nuestros dirigentes supieron conseguir?.

A pesar de los esfuerzos de aquellos hombres, la Argentina es hoy un país lleno de gente que se pregunta si existe un futuro mejor para ellos y sus hijos y los nombres de aquellos pro hombres se relacionan con situaciones que cada día calan un poco más hondo en nuestros corazones, pero de una forma que nos duele y nos angustia.

Gracias al curso que quienes han manejado y manejan los destinos de este país, cuando pensamos Belgrano miramos al cielo deseando que no llueva y que la zona no se convierta en una Venecia Latinoamericana.

Saavedra es un barrio por el que se recomienda no transitar de noche debido a la ola de delincuencia que azota a Buenos Aires (de las que no están excentas French y Beruti, en pleno Barrio Norte).

Paso y Castelli son calles del otrota floreciente barrio del Once en el que hoy sólo se pueden ver negocios que han sido cerrados, golpeados por la recesión.

El Cabildo Abierto ya no puede permanecer abierto demasiadas horas al día, ya que por su ubicación es desde 1810 el testigo obligado y silencioso de las cada vez más frecuentes marchas que los diversos sectores de una argentina que pide a gritos que quiere ser distinta.

Sindicalistas que pujan con el gobierno de turno y organizan paros y movilizaciones que sólo perjudican a los afortunados que tienen un empleo y quieren ir a cumplir con sus obligaciones para que a fin de mes no vean recortados sus magros sueldos por no haber podido llegar a sus puestos de trabajo.

Una Argentina que sufre, que llora, que lucha. Jóvenes y no tanto que ven la salida sólo en Ezeiza y pujan por conseguir un lugar en otro país. Si en otras décadas la gastronomía argentina se caracterizó por ser regenteada por "gallegos" (con todo respeto), hoy en Madrid o cualquier ciudad de España es frecuente encontrar mozos argentinos.

El último día de la Semana de Mayo, pero de 2002, se corona con una toma del consulado de España en Córdoba Capital por la política discriminatoria ante las leyes de inmigración. Cientos de argentinos, los mismos ciudadanos bien formados y de entre los más cultos de Latinoamérica con los que soñó Sarmiento, buscan mejores oportunidades en las tierras de sus abuelos.

El 23 de mayo de 1810 destituyen al Virrey y una Junta Provisional nombra al propio Cisneros. El 23 de mayo de 2002 el presidente Eduardo Duhalde, elegido por un poder legislativo cuya legitimidad ante el pueblo goza de no pocas sombras, amenaza con renunciar si ese mismo parlamento no lo apoya con sus leyes.

El 25 de mayo de 1810 quienes formaban parte del Cabildo aceptaron la renuncia indeclinable del Virrey, y el descontento popular se hacía sentir. Hoy también el descontento se hace sentir pero son otros los hombres, las morales, los tiempos.

Es hora de que nazca una nueva Argentina, conciente de su grandeza pero también de sus limitaciones. Brazos para construirlo no faltan pero el rebaño necesita buenos pastores para no perderse y eso es lo que viene faltando desde hace décadas, porque quienes son capaces prefieren irse a seguir luchando contra las ingratitudes de un sistema que debe cambiar y está en todos y cada uno que eso ocurra, no como meros espectadores sino como participantes activos de una Argentina Nueva.  

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Por María José Bonacifa para www.urgente24.info (24/05/02)