La acción marina modela la forma y evolución de la franja costera, mediante procesos de erosión, transporte y acumulación de sedimentos. Las Zonas de Erosión presentan retroceso de acantilados escarpados con desprendimientos, deslizamientos y desgaste de las restingas. En las Zonas de Acumulación, el mar deposita gravas y arenas.

El principal motor de estas transformaciones dinámicas es la energía del mar, a través de mareas, olas y corrientes litorales. En nuestra zona, la amplitud de mareas es alta (macromareal), la energía involucrada es muy elevada y más aún durante las marejadas, donde la energía y erosión es máxima. La forma de la costa es consecuencia del control geológico-geomorfológico y la acción del mar La morfología costera ha sido diseñada por el mar respetando los condicionamientos geomorfológicos y geológicos. La costa, con orientación general noreste-suroeste, presenta una alternancia de áreas elevadas o puntas con acantilados y amplias restingas, y playas bajas con entrantes.

Dichas playas son de norte a sur, las de Caleta Córdova, Caleta Olivares, Restinga Alí, del Barrio Presidente Ortiz, del Barrio Gral. Mosconi y del Infiernillo.

En términos generales, el mar erosiona las salientes acantiladas, motivando el retroceso de la línea de costa, y acumula las gravas y arenas en las playas con entrantes. No obstante, en las marejadas erosiona sectores de playas de acumulación, como en Caleta Córdova.

La erosión de los acantilados es mayor hacia el sur del muelle de Gral. Mosconi ya que las rocas arcillosas que los componen son muy débiles. Los deslizamientos han sido frecuentes entre ambos muelles destacándose el ocurrido sobre el Cerro Chenque, en 1995.

Hacia el norte, los acantilados se componen de rocas más resistentes (tobas), como puede apreciarse en la gran altura y verticalidad de los mismos, al sur de Restinga Alí.  

La causa de la erosión marina selectiva sobre las restingas y puntas Al aproximarse a la costa, debido a la menor profundidad del fondo, las olas pierden velocidad y longitud pero aumentan su altura. En las restingas (áreas planas y poco profundas), el oleaje es más elevado.

Asimismo, al acercarse a la orilla, los trenes de onda de las olas tienden a ponerse paralelos a la costa local por el fenómeno de refracción. Debido a ello, convergen en las salientes aumentando su poder erosivo sobre ellas, mientras que en las entrantes las direcciones son divergentes, y por efecto contrario, se atenúa el ataque sobre la costa.

Además, existen alteraciones locales, como las que plantean las obstrucciones de los muelles al avance del tren de olas. En este caso las olas giran hacia la zona que está al abrigo de la obstrucción, propagándose detrás de ella por un fenómeno de difracción de olas.

Un ejemplo de ello, pudo apreciarse luego de la ampliación del muelle central que modificó la dinámica costera en el interior de la bahía del Infiernillo, generando un área de abrigo al resguardar el sector sur de la acción directa del oleaje y las marejadas.

Como consecuencia de ello se produjeron fenómenos de refracción, difracción y deriva litoral (migración) de los cordones de gravas que se encontraban en la mitad norte de la bahía hacia la mitad sur, generando un depósito en proximidad al puerto, inducido por dicha obra.

Sin la protección de las gravas, las rocas débiles del acantilado del sector del infiernillo sufrieron una mayor erosión, experimentando un retroceso local de varios metros en pocos años. Se evidenció la efectiva protección de las gravas y su capacidad de disipación de la energía del oleaje.  

La Costa como espacio común para la proyección del desarrollo de la actividad comunitaria El estudio de los procesos de erosión costera como el descrito y de inundación, como el de la avenida Ducós, deben profundizarse a fin de abordar las soluciones integrales y eficientes sobre los sectores problemáticos o con pronóstico de riesgo futuro.

El muro de la avenida Ducós ha resistido las marejadas, pero su altura es superada por la rompiente de las olas que anegan el sector bajo de tierras ganadas al mar.

En la construcción de una obra de protección mediante la continuación de la escollera de rocas del puerto, o de mitigación mediante obras de disipación de la energía, debe preverse el incremento del nivel del mar para el siglo en curso (de hasta 88 cm. según estudio) y el recrudecimiento en la intensidad de las marejadas excepcionales.

Se considera adecuado planificar el desarrollo estratégico de la actividad costera contemplando las situaciones de riesgo y el modo de manejo para cada sector, incluyendo obras duraderas y eficientes en función al objetivo previsto.

Debido a la elevada confluencia de actividades actuales y futuras sobre la costa, además de la protección, se debe optimizar la gestión de descontaminación de las playas, evitando la incorporación y dispersión de residuos sólidos y el vertido de efluentes cloacales e industriales sin tratamiento previo.

La contaminación de las playas es elevada. Las soluciones que incluyen el cierre y saneamiento del actual basural y la construcción de plantas de tratamiento de efluentes están planteadas. Estas tareas son parte ineludible de un plan de gestión integral de rescate de las costas para el desarrollo saludable y seguro de las diversas actividades.  

Créditos:

Informe de los lic. Néstor Hirtz y Nerina Iantanos, Departamento de Geología - Fac. de Cs. Naturales. Universidad Nac. de la Patagonia San Juan Bosco. Publicado en el Diario Crónica (04/05/03)