El territorio patagónico evidencia serios problemas de degradación que se corresponden también con la situación en Argentina. Algunos estudios sostienen que el deterioro del territorio alcanza el 75% con posibilidades de incrementarse. Según datos oficiales, las zonas áridas y subhúmedas secas son las más dañadas, uno de los casos más serios es el de Patagonia.

Estos datos se relacionan con la actual situación social argentina signada por la pobreza, población que podría encontrar a través de micro sistemas productivos la posibilidad de producir para vivir y recuperar el territorio que habitan.  

Producir deterioro

Según el informe del INTA, la región Patagónica presenta diferentes áreas ecológicas, pero la mayor parte de ella puede ser caracterizada como una región árida-semiárida con características naturales poco favorables.

La implementación de políticas productivas que no consideraron las consecuencias sobre el ecosistema se constituyeron como el principal factor de deterioro de las tierras patagónicas, además de los factores naturales.

Históricamente la producción ganadera ovina, bovina y caprina ha sido la principal actividad económica en la región ya sea produciendo carne, lana, pelo o pieles.

Pero estos sistemas no contemplaron el uso sustentable de los recursos naturales y produjeron una modificación sustancial generando el actual proceso de desertificación con graves consecuencias ecológicas, económicas y sociales por sobrepastoreo.

En este sentido un informe del programa del INTA, PRODESAR sostiene que «los productores han perdido su capital de trabajo, no han podido mantener las mejoras e instalaciones en sus predios y hoy procuran vivir a expensas del ambiente».  

El petróleo

Pero entre las actividades económicas que contribuyeron a la degradación de los recursos naturales se encuentran también la extracción de especies leñosas para combustible, la explotación petrolera y minera, el mal uso del agua y los incendios de campos y bosques.

En la zona sur de la provincia un apartado particular se merecen las consecuencias de la explotación petrolera, cuyo impacto en el medioambiente es importante.

Cientos de caminos dibujan una geografía particular que implicaron una pronunciada pérdida de vegetales autóctonos. Pero además, el mal sellado de pozos, el empleo del agua potable para la extracción, las piletas a cielo abierto y los derrames impactaron también sobre la fauna, la tierra, el agua y por consiguiente sobre la salud de la población.  

Reconvertir

En 1990 GTZ, una Institución de Cooperación del Gobierno Alemán, a través de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación Argentina, firmó un convenio de cooperación y asistencia técnica para instrumentar un sistema de monitoreo ecológico en la Patagonia.

Desde entonces, el INTA se encarga de la parte operativa de la propuesta a través del programa PRODESAR. El proyecto tiene la finalidad de «contribuir al desarrollo sostenible en la Patagonia» a través de la implementación de métodos de uso sostenible de los recursos.  

Créditos:

Diario Crónica (18/06/02)