"Capital del Viento" |
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En todos estos trabajos, interviene el personal del SHN, esencialmente formado en las ciencias del mar. Allí conviven, además de militares, personal civil, administrativo, científicos y técnicos. Foto: Fernando Calzada.
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“¡El Atlántico! Una vasta extensión de agua cuya superficie cubre veinticinco millones de millas cuadradas, con una longitud de nueve mil millas y una anchura media de dos mil setecientas millas. Mar importante, casi ignorado por los antiguos”, detalla Julio Verne en su novela Veinte mil leguas de viaje submarino. La obra, de finales del siglo XIX, ofrece una apasionante descripción del océano. En Argentina, un grupo de marinos y científicos componen el Servicio Hidrográfico Nacional (SHN). Herederos de aquella pasión, su tarea es comprender y estudiar la importancia del mar Argentino, no solo en el plano geopolítico, sino también en el económico.“Si conoces bien tu mar, mejor conocerás a tu tierra”, reza el lema del SHN. Allí, recibió a DEF el comodoro de Marina Valentín Sanz Rodríguez, director de este organismo, dependiente del Ministerio de Defensa. “Nuestra misión consta de tres tareas: la provisión del servicio público de seguridad náutica, el apoyo a las operaciones de la Armada, ya que todo el trabajo que hacemos es de utilidad dual, desde cartografía náutica para seguridad hasta para las operaciones de la Fuerza, y, por último, la contribución al desarrollo económico y científico de la Nación, a partir del trabajo de investigación, conocimiento y exploración. Además, tenemos otra actividad complementaria, que es la provisión del servicio público de la hora oficial argentina”, detalla el oficial. Un dato: la hora es un elemento fundamental para conocer la posición astronómica y antes, para calcularla, se solía utilizar un “cañonazo”. Hoy, aquello no es necesario y es posible dar con ella mediante una señal de radio.
¿En qué consiste la provisión del servicio público de seguridad náutica? Básicamente, en difundir ayudas a la navegación como cartas y otras publicaciones del área de responsabilidad nacional en el océano Atlántico y en los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. “Todas las publicaciones náuticas son aquellas complementarias de la cartografía. Como, por ejemplo, el derrotero, la lista de faros y las señales marítimas”, detalla Sanz Rodríguez.
El SHN también realiza las tablas de mareas. “Uno puede saber, a lo largo del año, la amplitud y altura de mareas que va a tener un puerto en determinada fecha. Además, publicamos el almanaque náutico, un listado de todas las efemérides de los astros que le permiten al navegante hacer cálculos astronómicos y, así, situarse en el mar. “Cuando no existían los GPS, había dos formas de navegar: por estima, en función de la distancia navegada durante determinado tiempo; y en relación con los astros”, explica el comodoro de Marina.En todos estos trabajos, interviene el personal del SHN, esencialmente formado en las ciencias del mar. Allí conviven, además de militares, personal civil, administrativo, científicos y técnicos. “Tenemos especialistas en oceanografía, hidrografía y meteorología, por ejemplo. También formamos a quienes se dedican a la instalación, el mantenimiento y la operación del balizamiento. Ellos son los torreros, la especialidad más antigua que tiene la Armada”, cuenta Sanz Rodríguez. Además, dentro del personal que trabaja en el SHN, están quienes tripulan los buques que opera el Servicio y los faros.
Un hecho no menos importante que todo lo anterior es que el SHN fue parte de la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental, junto a Cancillería y al Ministerio de Economía. En ese marco, el Servicio brindó asistencia técnica, que fue de utilidad para la presentación que nuestro país realizó y cuyo resultado fue el reconocimiento del límite exterior de la plataforma continental.
Desafíos actualesEn el presente, el personal del SHN realiza guardias permanentes, las 24 horas, todos los días del año. “De todo lo que vemos, se genera un radioaviso y se transmite a Prefectura para que lo difunda a través de las estaciones. Además, se sube esa información al satélite, que luego lo divulgará en toda el área. Lo mismo ocurre con la información de las mareas. Por ejemplo, en el Río de la Plata, estas se ven alteradas por fenómenos meteorológicos, tales como el viento. Tres veces al día, y cada vez que se necesite, se actualiza. De esa manera, los buques pueden navegar con seguridad”, explica el comodoro de Marina. Además, el balizamiento marítimo es una de las actividades que tampoco puede detenerse. “Dentro de esa jurisdicción, tenemos más de 60 faros y más de 190 balizas. De hecho, en la Antártida, tenemos dos faros y cerca de 80 balizas. El mantenimiento no puede interrumpirse”, indica el director del SHN.
Pese a la pandemia, y con los permisos requeridos, este año pudieron hacer varias campañas y relevamientos hidrográficos: “En este momento, tenemos un grupo en la Antártida. Uno embarcado en el Irízar, a cargo del asesoramiento y apoyo a las operaciones, y otro haciendo relevamientos hidrográficos a bordo de un Aviso. Estos últimos también hacen el balizamiento. En este momento, por ejemplo, finalizaron el relevamiento de las balizas que están frente a la base Esperanza”.
Además, el organismo brinda información glaciológica, vinculada a la presencia de hielo marino y terrestre. “Somos el único Servicio que brinda información de hielo en el hemisferio sur. Incluso, un grupo de investigadores pudo generar un modelo que permite hacer el pronóstico del hielo de forma mensual”, cuenta.
La importancia del océanoJunto a Sanz Rodríguez, se encuentra el capitán de Navío Ariel Troisi, secretario técnico del SHN. Además, Troisi es coordinador técnico de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental y presidente de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco (COI).
La mayor parte de la vida profesional de Troisi tuvo lugar en el SHN. Desde su trabajo, pudo conocer e investigar sobre las problemáticas más importantes del océano. Por ejemplo, uno de los temas que menciona es el efecto del cambio climático. En ese sentido, el oficial destaca que el mar Argentino es particularmente dinámico.
“Venimos trabajando junto a otros Estados en un programa de monitoreo. Lo arrancamos hace 12 años. El objetivo es poder ver el flujo de masa de calor norte-sur, en nuestro lado del Atlántico, y su contribución al clima global. Eso es parte del trabajo que hacen algunos de nuestros investigadores. También se trabaja sobre la distribución y los distintos frentes que se generan, las diferencias en cuerpos de agua en el mar Argentino y la aparición de nutrientes en superficie, un fenómeno que lleva a que se concentren los pesqueros a la altura del golfo San Jorge, en la milla 200. En relación con el cambio climático, también pasan cosas interesantes: se generan hotspots. Eso lleva a que aumente la temperatura de una columna de agua y las especies se desplacen. Es parte del trabajo que hace nuestra gente”, menciona.Para Troisi, en los últimos años, se ha hecho foco en el océano.
“El tema es cómo atendemos algo que cubre dos tercios de la superficie del planeta y que genera la mitad del oxígeno respirable. Porque, por ejemplo, todo el mundo piensa en los bosques, sin embargo, el fitoplancton absorbe CO2 y genera oxígeno. El mundo fue tomando conciencia y se instaló el tema en la agenda internacional. Entre los 17 los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030, hay uno que es específico del océano”, advierte, no sin antes reflexionar acerca de la poca conciencia marítima que existe. “No solo en Argentina, sino en todo el mundo. Si a nivel global más del 90 por ciento del comercio internacional es por vía marítima, ¿qué está pasando? Es necesario que tomemos conciencia de las oportunidades que tenemos y del efecto que genera nuestra actividad sobre el océano”, concluye.De acuerdo con este oficial de la Armada, el mar Argentino es un área muy rica desde el punto de vista de los recursos: “Por eso, capta intereses y justifica la presencia de buques de origen chino trabajando en la milla 201. También hay hidrocarburos y gases que, hoy, no son rentables por el esfuerzo que suponen las características del medio. A eso se suma el rol tan dinámico del Atlántico Sur, materia de interés para muchos. Nuestro mar es muy especial y eso nos pone en una posición de privilegio”, subraya.
A cargo del Departamento de Oceanografía del SHN, se encuentra el capitán de Fragata Aldo Firpo, quien, tras estudiar Física, decidió ingresar en la Fuerza. Desde allí, realizan diferentes tipos de trabajos e investigaciones en nuestras aguas. Entre otras tareas, tienen un área de geología marina y laboratorios donde analizan las distintas muestras. Además, participan en diferentes campañas en las que, entre otras cosas, se miden distintos parámetros, como la presencia de oxígeno y clorofila en el agua. Resulta que las condiciones del océano pueden variar y, desde allí, buscan entender hasta qué punto la física maneja eso.
Junto a Aldo, trabaja Silvia Romero, una de las primeras mujeres doctoradas en Oceanografía del país. A cargo de la sección de Dinámica Oceánica, ella y su equipo trabajan en el estudio de la plataforma y del océano profundo. “En mi caso, hace mucho tiempo que me dedico a la oceanografía satelital, información complementaria a la que tomamos con instrumentos sumergidos en campañas oceanográficas”, detalla.
En ese contexto, explica Silvia, buscan saber cuál es la interacción entre lo que se observa –factores como las temperaturas, los vientos o la salinidad– y los organismos más simples de la biota marina: el fitoplancton.
“Tratamos de comprender esas interacciones biofísicas. Esos organismos, que son muy diversos, hacen fotosíntesis. Esta energía pasa a las cadenas superiores marinas. Si tenemos un mar con abundantes cantidades de biomasa de estos organismos, uno espera que esos lugares sean ecosistemas altamente productivos”, sintetiza.El trabajo de Silvia, sumado al del resto del personal del SHN, es clave para entender la importancia de nuestro mar. Quedan muchas leguas por recorrer, pero una única certeza: el conocimiento adquirido es vital para comprender la importancia de estas aguas, tan australes como únicas. Admiradas por científicos, expedicionarios y viajeros, desde los tiempos más remotos hasta los más actuales.
Créditos:
- Por Patricia Fernández Mainardi. Publicado en el Sitio Infobae. (13/02/21).
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