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Un embrión de ratón con células de rata en su corazón - INSTITUTO SALK.
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El biólogo de células madre Hiromitsu Nakauchi vivía uno de los mejores momentos de su vida profesional cuando, tras años de espera, el gobierno de Japón levantaba la restricción que frenaba su trabajo. El líder de los grupos de investigación de la Universidad de Tokio (Japón) y Stanford (Estados Unidos) lleva mucho tiempo experimentando con uno de los campos de la ciencia más controvertidos: las investigaciones que involucran embriones humanos y animales.Así, Japón permitirá trasplantar embriones híbridos -con ADN humano y animal- en animales sustitutos y llevarlos a término para poder «incubar» nuevos órganos encaminados al trasplante médico. A pesar de lo que pueda parecer, la idea no es nueva: en EE. UU. y otros países es legal cultivar células humanas en embriones de ratón, rata y hasta de oveja para luego trasplantarlos en animales sustitutos. Pero en todos los casos los experimentos se interrumpieron, ya fuera por falta de éxito del experimento o por trabas legales. Ahora es la primera vez que un gobierno apoya expresamente este tipo de ciencia.
Como investigador principal de células madre en la Universidad de Tokio y la Universidad de Stanford, Nakauchi ha ido de país en país, persiguiendo su sueño de algún día cultivar órganos humanos personalizados en animales como ovejas o cerdos, sobre todo enfocado a páncreas. Con más de 116.000 pacientes en la lista de espera de trasplantes solo en los Estados Unidos, Nakauchi espera que su idea pueda transformar vidas.
Ratones que se construyen páncreasAunque ese paso está aún lejos, el investigador tiene muchas esperanzas puestas en este objetivo: «No esperamos crear órganos humanos de inmediato, pero esto nos permite avanzar en nuestra investigación basada en los conocimientos adquiridos hasta este momento», explicó Nakauchi al medio japonés «The Asahi Shimbun».
Los experimentos comenzarán inyectando células madre humanas en embriones de ratas y ratones, todos los cuales han sido manipulados genéticamente para que no puedan producir páncreas. El objetivo es que el embrión de roedor use las células humanas para construirse un páncreas. Durante dos años, el equipo planea observar el desarrollo y crecimiento de estos roedores, monitoreando cuidadosamente sus órganos y cerebros en el proceso. Solo entonces los investigadores pedirán aprobación para hacer lo mismo con los cerdos.
¿Qué tendrán las quimeras de humano?Uno de los mayores temores con este tipo de investigación se centra en dónde exactamente van estas células madre humanas en un animal, y en qué tipo de células podrían desarrollarse una vez que se inyectan. Si bien Nakauchi y su equipo están tratando de dirigir este tratamiento solo al páncreas, si detectan que más del 30% de los cerebros de los roedores son humanos, suspenderán el experimento. Estas son parte de las condiciones del gobierno para evitar la existencia de un animal «humanizado».
Nakauchi, sin embargo, no cree que esto vaya a suceder. El año pasado, su equipo de Stanford creó con éxito el primer embrión humano-oveja y, aunque fue destruido después de solo 28 días, el híbrido no contenía órganos y muy pocas células humanas (solo uno de cada 10.000 o menos). «Estamos tratando de asegurarnos de que las células humanas contribuyan solo a la generación de ciertos órganos», explicó Nakauchi en la edición de invierno de Stanford «Medicine's Out There» y que recoge «Sciencealert». «Con nuestra nueva generación específica de órganos, no necesitamos preocuparnos por la integración de las células humanas donde no las queremos, por lo que debería haber muchas menos preocupaciones éticas», sentenció.
Créditos:
- Publicado en el Diario ABC. (19/05/19).
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