"Capital del Viento" |
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Captura de video. En la actualidad las escuelas cuentan con un equipo de docentes que atienden a niños y jóvenes de Nivel Inicial, Nivel Primario y Nivel Secundario que por indicación médica no pueden asistir a su escuela habitual por el tiempo que dure su tratamiento.
«Escuela Hospitalaria y Domiciliaria Nº 302 "Dr. Atilio Rebello" de Cro. Rivadavia -2013-». (01:56).
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“La escuela brinda aprendizajes para la vida”, afirma la maestra Inés Bulacio. La frase adquiere otra dimensión en la Escuela Hospitalaria N° 1, que funciona en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde ella trabaja.Allí asisten los alumnos que están internados en el hospital por diferentes motivos, desde una fractura hasta cáncer. Para los docentes, el desafío es que esos chicos se reencuentren con el deseo de aprender, mientras le dan batalla a la enfermedad.
“Acá los chicos vuelven a ser sujetos de derecho. Nuestra misión es reconectarlos con la salud”, cuenta Dafne Puente, directora de la escuela.
Dafne menciona, entre otros, el caso de Fernandito, un paciente oncológico que, durante su quimioterapia, aprendió a manejar la cámara para participar de un proyecto de cortometraje. La película fue incluida en el festival Hacelo Corto de la Ciudad, y el entusiasmo de Fernando lo ayudó a superar el sufrimiento.
En 2012 más de 1.500 alumnos pasaron por la escuela del Hospital Gutiérrez. En función del motivo de la internación, algunos se quedan solo unos días; otros permanecen durante meses. Los directivos y docentes están en contacto con las escuelas de origen de los estudiantes, para alinear los contenidos con las tareas que los chicos venían haciendo allí antes de internarse.
De esa manera, cuando tienen el alta pueden reinsertarse sin problemas. En la Escuela Hospitalaria el trabajo es personalizado y “uno a uno”: los docentes recorren los pabellones y les dan clases a los chicos en la cama.
“La tarea requiere que nos adaptemos a este contexto: mientras le estás enseñando a un alumno entra la enfermera y le da una inyección, o viene el médico para suministrarle la medicación. De todas maneras, todos respetan el espacio de la clase”, explica Alejandra Nachaj, la vicedirectora.
A contramano de lo que sucede en tantos colegios, acá los chicos aguardan ansiosos que llegue la maestra.
“Están esperando el momento de que nosotras pasemos. Los conectamos con el deseo de aprender, y ellos van descubriendo fortalezas que no sabían que tenían, y que los ayudan a trascender la situación que les toca vivir”, relata Inés.
Ella impulsó en la escuela dos proyectos que, a partir del trabajo con las nuevas tecnologías, despertaron el entusiasmo de los alumnos y ganaron varios premios. Uno de ellos es Radio Gutiérrez, la radio de la escuela, en la que también participan estudiantes de otras escuelas domiciliarias y hospitalarias.
El otro es una serie de cortos audiovisuales, hechos de manera colaborativa entre varios alumnos con apoyo del programa Medios en la Escuela de la Ciudad. Los videos se pueden ver en http://cortoscortitos.blogspot.com.ar. Por estos trabajo Inés fue elegida “Maestra de corazón 3.0 ” en un concurso organizado por Aula 365 Speedy y Fundación Telefónica.
Camila Pérez, de 13 años, participa en la radio con una columna sobre salud y deporte. Los trabajos de ella y sus compañeros se pueden escuchar en el blog de la escuela (http://escuelahospitalaria1.blogspot.com.ar) y también por FM Flores 90.7.
“Al principio era raro, tenía las clases en pijama. Pero me fui enganchando, y acá me di cuenta de que me gustan los medios”, relata, y de pronto se imagina a sí misma conduciendo su propio programa. Gracias a su paso por la escuela, la internación le permitió descubrir su talento para la expresión oral.
Sofía González, de 14, también pudo darle una vuelta de tuerca a las largas sesiones de diálisis que tiene que atravesar periódicamente. Escribió el guión de dos cortos que fueron premiados en las ediciones de 2011 y 2012 del Festival Hacelo Corto: uno titulado Sanos derechos, sobre los derechos de los niños hospitalizados, y otro que se llama Animarse a crecer, sobre el paso de la infancia a la adolescencia. “Me encantó poder transmitir que los chicos que estamos enfermos también podemos hacer cosas”, resume Sofía.
La radio y los cortos ofrecen a los alumnos la posibilidad de expresarse y trabajar en equipo con otros chicos y chicas que están en una circunstancia parecida.
“Ellos quieren superar esta atmósfera dura y transformar esta situación en algo creativo –resume Inés–. Nosotros, como docentes, tenemos el compromiso de prepararlos para la vida y que saquen lo mejor de este momento de adversidad”. Los protagonistas coinciden: en la escuela hospitalaria, el verbo aprender adquiere un sentido distinto.
Créditos:
- Por Alfredo Dillon. Publicado en Diario Clarín.
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