La invasión de roedores y la explosión de vidrios tienen preocupados a los padres cuyos hijos concurren a la Escuela Provincial Nº 52, ubicada en Kennedy y Martín Fierro.

En el primer caso, luego de mucho pelear, les garantizaron que este viernes se hará una desratización del establecimiento. Pero el estallido de ventanas es quizá más grave para los chicos. Dos de ellos sufrieron accidentes por haberles caído vidrios: en diciembre y en mayo últimos.

En ambos casos, los pequeños recibieron puntos. Ahora, los padres temen que las consecuencias puedan ser incluso mayores. El primer accidente casi pasó desapercibido, porque fue en el acto de fin de curso de diciembre del año pasado.

Esta vez, la alerta fue mayor. Otras veces, los vidrios se han partido e incluso caído, pero sin ocasionar ningún inconveniente.
 

Recién en el verano

"Los días de viento, los chicos no se quieren sentar del lado de la ventana por miedo a que les caiga algo", dijeron ayer las madres que se convocaron para reclamar una solución urgente.

Por el momento, lo único que tienen es la promesa de que en las vacaciones de verano van a reparar estos problemas. Pero todavía falta mucho y es muy grande el riesgo de los chicos, docentes y toda persona que esté dentro en días de viento o cuando las fallas estructurales se empiezan a hacer notar.

En diálogo con este diario, las madres autoconvocadas señalaron que desde la Universidad se hizo un informe técnico que asegura que la escuela no presenta riesgos. Ellas aseguran que "los hechos demuestran lo contrario".

La escuela tiene grietas en paredes, desniveles en los pisos y ahora, se suman estos estallidos en los vidrios.
 

Roedores: ¿una broma?

En cuanto a los roedores, señalaron la falta de información oficial de la escuela. Se enteraron por sus hijos y, cuando fueron a preguntar, les dijeron que las lauchas y ratas habían aparecido porque algún alumno mayor los había llevado como chiste.

Ahora, el problema es más grave porque conviven con los chicos en cada rincón del edificio escolar. Las madres señalaron que esta escuela tiene un comedor por lo que "no queremos ni pensar qué puede pasar con esos alimentos ante la invasión de ratas".

Sobre el final, comentaron que decidieron hacer la denuncia pública, cansadas de que las autoridades no respondan a las inquietudes que nacen de la preocupación por la seguridad y la salud de los chicos que a diario asisten a esta escuela.

Este diario concurrió al establecimiento y no pudo dialogar con la directora ya que no se encontraba; no obstante contactó a la vicedirectora quien no quiso referirse al problema planteado por los padres, señalando que lo debía realizar la directora.
 

A la espera de los padrinos

Además de los problemas descriptos, las madres aseguraron que hay otras deficiencias y faltas. Como ejemplo, señalaron los bancos en pésimas condiciones.

Acotaron que, al señalar estos problemas, les respondieron que son cosas que le corresponden al padrino del establecimiento. Como el nombre de la escuela indica, es el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el que debiera hacerse cargo de esas necesidades, de acuerdo con esa lógica.

Por lo tanto, tienen pocas esperanzas de que la situación general mejore, pero esperan que estas situaciones urgentes que están denunciando sí encuentren respuestas, aunque ningún padrino responda por ellas.  

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Publicado en el Diario Crónica (30/06/05)