Dos familias del barrio Restinga Alí volvieron a elevar sus quejas por las peripecias que viven en sus viviendas por nuestro "bendito oro negro".

Después de reiterados reclamos al municipio, que se iniciaron hace aproximadamente siete años y que aún no tienen respuestas -por el surgimiento de petróleo dentro mismo de la casa y en el patio de su domicilio-, ahora sufren las "pintadas" del frente de las dos viviendas por los trabajos que realiza una empresa.

En principio, los dos domicilios de calle A. Marasso se erigieron sobre lotes "recuperados", entregados por el municipio, sobre lo que habrían sido piletas de petróleo que, evidentemente no fueron adecuadamente cubiertas para edificar sobre ellas.

Asustadas en principio por el surgimiento dentro de las habitaciones de las viviendas y en el patio, alrededor de ellas, comenzaron a reclamar por la situación que podría tornarse en muy peligrosa porque "no sabemos si un día volamos con toda nuestra familia adentro, por el petróleo que tenemos dentro de las casas o por alguna concentración de gases", señalaron Noemí y Susana Lara.

Luego de varias denuncias ante la situación, desde el municipio se les recomendó no realizar ampliaciones porque "seríamos reubicados a algún lugar a determinar; eso nos dijeron, pero de esto hace un par de años ya y hasta el momento no hemos tenido novedades.

Además de ello, aseguran las amas de casa, la gente que ha venido a corroborar nuestras denuncias, hasta se han reído de nosotros diciéndonos que deberíamos estar contentos porque tenemos propiedades "muy costosas", teniendo en cuenta el precio internacional del crudo".

Más allá de la chanza, la preocupación se hace extrema ante los peligros reales de contaminación ambiental y los eventuales riesgos por acumulación de gases tóxicos, a lo que se ha sumado ahora -y reactivado el antiguo reclamo- de trabajos sobre un pozo que se ubica a escasos 15 ó 20 metros de las viviendas, cruzando la calle, que en días de viento, le pinta los frentes con "gotas de oro negro".
 

La nueva situación

Ante los nuevos reclamos que se han hecho, los vecinos lograron que se les pintara el frente pero, actualmente, otra vez se observa las manchas negras en las dos viviendas, "lo que también preocupa sobremanera ya que las gotas de petróleo han caído sobre los chicos, ensuciándoles las ropas o sobre nosotros mismos, y de eso nadie se hace cargo".

La queja es con la empresa Potencia, que cabe recalcar siempre tuvo acercamiento por parte de algún encargado en la tarea que se realiza frente a las casas; "sólo nos ha prometido una nueva pintada de los frentes pero nos aseguraron que la tarea es imposible pararla por las pérdidas que tendrían por día, que suman miles de dólares".

En la observación del lugar, surge también los peligros para los chicos de estas dos familias damnificadas por el petróleo, tanto como para cualquier otro vecino del lugar, particularmente para los más pequeños, ya que el trabajo que se realiza, que incluye pesados caños, derrames, cables de alto voltaje y equipos pesados, no tiene un cerco perimetral de seguridad que impida un eventual acercamiento de quienes, quizás con la inconciencia lógica de la niñez, pudieran poner en peligro sus vidas.  

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Publicado en el Diario Crónica (20/06/06)