Desde el puente que está ubicado en el acceso al barrio Presidente Ortíz hacia el oeste se pudieron observar ayer las manchas de petróleo que quedaron en la ribera del arroyo y en parte de la pobre vegetación que existe.

En tanto, en el piletón que se forma en la desembocadura prolijamente se trató de sanear para que no queden rastros. De todas formas en el agua turbia quedaron dibujados los grandes ojos de colores que se forman tras el contacto de hidrocarburos con el agua.

Además, máquinas viales debieron profundizar el canal sobre las piedras de la playa para que de esa manera los líquidos terminen su recorrido en el ya castigado mar.

«Ahora quedó todo limpio, pero la contaminación queda y nunca llegamos a saber qué clase de líquidos vienen a parar al mar a través de este arroyo», se lamentó uno de los vecinos ante este diario.

La gente de la zona que camina por el lugar con frecuencia, aseguró que «todo el tiempo está cambiando de color el arroyo Belgrano, a veces tiene tonalidades rojizas y en oportunidades el agua es tan oscura que parace petróleo o aceite quemado».

Otra de las cosas que llamó la atención a la gente y al propio equipo periodístico fue el burbujeo que brota en el piletón de la desembocadura.

«Por la forma en la que salen las burbujas, de abajo debe estar brotando gas y esto convierte al lugar en una zona mucho más peligrosa de lo que se cree», señalaron finalmente.  

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Publicado en el Diario El Patagónico (18/04/06)