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¿Qué es el Protocolo de Kioto?Se trata de un acuerdo jurídicamente vinculante cuyo objetivo es que, en el período 2008-2012, los países industrializados reduzcan sus emisiones colectivas de gases que causan el efecto de invernadero en un 5,2%, respecto a 1990.
Se cree que este efecto está provocando, al menos en parte, el aumento de la temperatura del planeta.
El acuerdo fue suscrito en la ciudad japonesa de Kioto el 10 de diciembre de 1997.
Entonces 34 países industrializados, la mayor parte de ellos europeos, se comprometieron a cumplir determinadas metas.
Para que el protocolo entrara en vigor, tenía que ser ratificado por los países industrializados causantes del 55% de las emisiones de estos gases.
Cuatro de los 34 países originales no lo han ratificado: Estados Unidos (responsable por el 36,1% de las emisiones entre los países industrializados en 1990), Australia (2,1%), Liechtenstein (0,001%) y Mónaco (0,001%).
En 2004, después de dos años de debates y negociaciones, Rusia ratificó el protocolo, lo que posibilitó que 90 días después, el 16 de febrero, éste entrara en vigor.
¿Cuáles son las metas del protocolo?Los países industrializados firmantes se han comprometido a reducir las emisiones de seis gases contaminantes en un promedio de 5,2% entre los años 2008 y 2012, en relación con los niveles registrados en 1990.
Cada país signatario tiene sus propias metas. Las naciones de la Unión Europea deberán disminuir sus emisiones totales en un 8% (aunque algunos países miembros tienen metas diferentes en relación al desarrollo de su economía), mientras que Japón deberá hacerlo en un 5%.
En cambio, a algunos países con bajas emisiones se les autoriza a incrementarlas, lo que posibilita las negociaciones entre los países industrializados para reducir las emisiones.
El razonamiento es que, para la atmósfera, las fronteras nacionales carecen de significado: si un país industrializado invierte en el desarrollo de un mecanismo limpio desde el punto de vista medioambiental en otro país, se puede incluir como parte de su meta.
También los países que sobrepasen sus cuotas de emisiones podrán comprarles "unidades de carbono" a países que emitan menos.
Este sistema fue un gran incentivo para que Rusia decidiera ratificar el protocolo.
Como Rusia dejó de emitir miles de toneladas debido al cierre de muchas de sus industrias pesadas luego de la desintegración de la Unión Soviética, ahora podría recibir dinero de países más contaminantes.
¿Se han cumplido hasta ahora estas metas?Los países industrializados disminuyeron sus emisiones combinadas en aproximadamente el 3% de 1990 a 2000, pero esto se debió principalmente al colapso económico de la ex Unión Soviética.
La ONU dice que las naciones industrializadas no están ahora cumpliendo con sus metas y predice que para 2010 las emisiones estarán 10% por encima de los niveles de 1990.
Sólo cuatro países de la Unión Europea podrían cumplir sus objetivos para el final de la década.
¿Por que Estados Unidos se retiró del acuerdo?El presidente de EE.UU., George W. Bush, se retiró del protocolo en 2001, con el argumento de que éste dañaría gravemente la economía de su país.
La Casa Blanca estima que el tratado está llamado al fracaso, parcialmente porque no exige a los países en desarrollo un recorte de las emisiones de gases.
Dos de estos países, China e India, se encuentran entre los mayores emisores de gases de efecto de invernadero.
Estados Unidos considera que el tratado es injusto y permitiría a estos países "no industrializados", pero con grandes industrias contaminantes, obtener ventajas, debido a que no tendrían que dedicar grandes inversiones para cumplir con el protocolo.
Sin embargo, Washington dice apoyar la reducción voluntaria de las emisiones y la aplicación de nuevas tecnologías ambientales.
¿Cuán importante o intrascendente es el Protocolo de Kioto?Algunos estiman que el tratado es demasiado débil, que sin el apoyo de EE.UU. no puede prosperar, y que éste sólo toca el problema de manera superficial pues para controlar el problema se necesitan reducciones de hasta el 60%.
Otros creen que la no aplicación significaría un desastre y que, a pesar de sus deficiencias, el acuerdo aporta un marco adecuado para futuras negociaciones, que podrían completarse en una década.
A pesar de que el acuerdo no había entrado en vigor a escala internacional, ya era ley en algunos países.
Sin el protocolo, los políticos y empresas que busquen crear una situación ambiental más sana tendrían que enfrentar un panorama más difícil.
¿Cuál es la participación de los países en desarrollo?El protocolo establece que estas naciones son las que menos contribuyen al cambio climático pero las que con más probabilidades sufrirán sus efectos.
Muchos países en desarrollo han firmado el acuerdo. Éstos no tienen que cumplir un objetivo específico.
Sin embargo, deben informar sobre sus niveles de emisión y desarrollar programas para reducirlas.
China e India, con economías crecientes y poblaciones numerosas, están entre los principales contaminantes.
Ambos ratificaron el protocolo, pero en términos reales no están jurídicamente obligados a cumplir ninguna meta.
¿Es suficiente el Protocolo de Kioto?No, ni de cerca. Algunos científicos plantean que incluso si todos los países ratificaran el protocolo y cumplieran sus metas, los posibles cambios de la temperatura global serían mínimos.
Algunos de ellos argumentan que, ya que reducir las emisiones cuesta tanto y los resultados son tan insignificantes, los esfuerzos deberían dirigirse a la adaptación a las nuevas condiciones climáticas.
¿Qué sigue?Los principales interesados en la Convención de Cambio Climático quieren empezar a hablar de lo que ocurrirá después de 2012.
¿Deben empezar a reducir sus emisiones países como India y China, las más industrializadas de las naciones en desarrollo?.
¿Y qué hacer con las emisiones que producen aviones y barcos que están fuera de las fronteras nacionales?.
¿Debe la siguiente fase operar igualmente, sólo que con más rigor? Eso excluiría a EE.UU., que está tan alejado de su nivel de emisiones en 1990, que no es realista pensar que acepte reducir sus índices a niveles anteriores.
Los estadounidenses siguen pidiendo que se apliquen reducciones voluntarias e incentivos, en lugar de regulaciones internacionales.
También prefieren un sistema que se base en la "intensidad de carbonos" -cuánto carbón, petróleo o gas se necesita para un producción determinada- y no en niveles de emisión absolutos.
Créditos:
Por Carlos Guajardo publicado en el Diario Clarín (10/02/05)
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