Productores ganaderos de Chubut continúan desarrollando el mejoramiento genético entre sus majadas, especialmente para aumentar la producción en cantidad y calidad de lana por cabeza a través de la aplicación de modernas tecnologías en reproducción.

Con ese objetivo, el establecimiento «Laguna del Toro» de Gobernador Costa adquirió dos carneros merino importados de Australia, animales de excelente conformación corporal y de buena lana, que van a permitir mejorar la genética local de la raza.

La compra de estos animales fue financiada por el Ministerio de la Producción, a través de la Unidad Ejecutora Provincial de la Ley Ovina, que entre su líneas de créditos posee una operatoria destinada para la compra de reproductores y de todas las prácticas que se enmarquen dentro de un plan de mejoramiento genético.

El director general de Agricultura y Ganadería, Sergio Pena, señaló la importancia de este emprendimiento, el segundo desarrollado en la Provincia, porque «la incorporación de sangre nueva entre la majada local permitirá una buena descendencia entre los merinos de la zona, que tendrán excelente conformación corporal, lo que permitirá que sea un buen productor de corderos y de que mantenga la calidad en lana fina, que es lo que el mercado está requiriendo».
 

Buena descendencia

El funcionario realizó una visita a ese establecimiento donde se reunió con su propietario, Carlos Otamendi, y en el cual pudo observar los animales incorporados a la majada, indicando al respecto que «son dos carneros merino australiano, un astado y un mocho, de excelente conformación, de una apariencia destacada y de buen hueso presente en las patas delanteras. Esto genera una visión del conjunto que permite esperar una buena descendencia».

Es válido señalar que la raza merino, además de estar produciendo la parte de lana como tradicionalmente se hacía, en la actualidad también se busca aprovechar la producción de carne y en esto el mejoramiento genético juega un papel fundamental.

En relación a esto Pena destacó que «desde el gobierno provincial se implementan herramientas de apoyo al productor ovino, tendientes a afianzar el crecimiento de ese sector y es por eso que a través de la Ley Ovina se busca la modernización de los sistemas productivos que permita generar un sector rentable, competitivo y duradero en las condiciones actuales de mercado».

«Lo importante que esta línea de crédito tenga una trascendencia mas allá del solo hecho de comprar carneros de majada general, sino también se trata de la compra de carneros mejorados o la de hacer un plan de genética donde intervengan la inseminación artificial y la incorporación de tecnología mas de punta, a eso lo queremos apuntar» manifestó y agregó que «es importante que los ganaderos conozca de que esto se puede hacer y que a través de la Ley Ovina pueden acceder a estos métodos de producción».

Es necesario recordar que una de las particularidades salientes de esta Ley es que los préstamos a otorgar no tienen intereses y son a valor producto; vale decir que quien toma un crédito asume una deuda a devolver en la misma cantidad de producto (lana o animales) en que la tomó, independientemente el valor de los mismos.  

Jornada de campo

También el funcionario provincial realizó una recorrida por las instalaciones del establecimiento junto a Otamendi; Michael Elmes, clasificador de hacienda de Australia y Jurado de la Exposición Rural de Comodoro Rivadavia por segundo año consecutivo, y con el encargado de la cabaña, Hugo Medina.

Posteriormente, Michael Elmes brindó una charla explicativa sobre la selección de hacienda, trabajando sobre un lote de borregas dos dientes de la cabaña, actividad a la que asistieron los ingenieros Lloyd y Villa de la Estación Experimental de INTA Esquel; y productores de Sarmiento, de Gobernador Costa y de Esquel.

Elmes describió la importancia de los animales comprados, teniendo en cuenta los animales de punta en Australia donde se presentaron originalmente, ya que acompañó a Otamendi para elegir la genética que luego se traería a la provincia.  

Créditos:

Publicado en el Diario El Patagónico. (19/02/06)