Fuentes provinciales de pesca confirmaron que el buque "Angela Wright", que el pasado 19 de enero encalló y se hundió frente a Bahía Bustamente, se hallaría pescando en ese momento.

Se aseguró que contaba con permiso de pesca provincial, pese a que hubo una extraña historia tiempo atrás con respecto a este pesquero, cuando aparentemente dado de baja apareció en los registros de captura en el Golfo San Jorge, por lo cual se llegó a hablar de buques mellizos.

Se dijo que la prueba de que el Angela Wright, que pertenece a la flota de la empresa Argenova, estaría pescando, la muestra la fotografía de su naufragio, cuando se lo ve con los tangones desplegados por las bandas, abiertos y en posición de arrastre.  

Buque de altura

Fuentes no oficiales aseguran que el buque siniestrado es un francobordo rojo cuyas señales lo marcan como un buque de altura que debería operar mar adentro, considerándose que las aguas provinciales estarían reservadas para los buques costeros amarillos de Rawson, Camarones o Comodoro Rivadavia.

El subsecretario de Pesca, Jorge Riobó, quien confirmó la posición del Angela el día del encallamiento, negó que estuviese en la zona de esfuerzo restringido provincial ni en proximidades de Camarones.

Con respecto a la historia del buque gemelo, publicada por EL CHUBUT hace un año, dice que en realidad el Angela fue dado de baja, se transfirió su permiso a otro buque que a partir de entonces tuvo ese nombre y con el casco viejo, en lugar de darlo de baja, se lo dotó de otro permiso, producto de otra transferencia, por eso había dos Angela.  

Merluza con langostino

Riobó admitió que en este momento la pesca del langostino se está poniendo crítica frente a Rawson, donde el pasado 9 de enero hubo una invasión de 70 barcos que luego se trasladaron a la zona norte del Golfo San Jorge.

Ello debido a que la masa pesqueril en el Golfo está demostrando la aparición del uno a uno, es decir la especie acompañante del langostino, que es la merluza, está saliendo en un 50 por ciento, lo cual se considera depredatorio sobre todo porque se están matando ejemplares juveniles.

Lo de matar también es otro aserto, porque el funcionario dijo que es un hecho, tal cual lo señala una denuncia recibida por e-mail en EL CHUBUT, que hay una gran extinción de pesca, que se arroja al mar, por los tangoneros o langostineros, que guardan sus bodegas para el producto en auge desechando la merluza porque no la trabajan.  

No mata a nadie

De cualquiera manera minimizó la incidencia del pescado arrojado por la borda, por más criticable que sea, en relación a la putrición que provoca en forma progresiva efectos devastadores en las especies ante la aparente indiferencia de los inspectores que lleva a bordo cada embarcación.

La medida demostraría el fracaso en su aplicación de una declamada ley provincial llamada de by catch, donde se establecía la actuación de una pequeña flota de barcos recolectores.

Es decir que los pesqueros estarían obligados a embolsar las especies acompañantes, sobre todo la merluza, y arrojarlas al mar dentro de una boya en la que se ubica un radiofaro para guiar a los recolectores. Teóricamente una vez que se alcanzara la capacidad de bodega, los recolectores enfilarían a puerto y todo el producto iría a las plantas procesadoras.

 

Fuente:
Diario El Chubut (01/02/02)