En el Centro de Exposiciones y Promoción Turística se desarrolló ayer la segunda parte del Seminario «Política y Desarrollo», la que dió lugar a una serie de exposiciones que coincidieron en destacar el inmenso potencial productivo del Chubut —la cuarta provincia exportadora del país—, al tiempo que dejaron en evidencia la incompatibilidad predominante entre renta empresaria y desarrollo social.

En el 2001, el Producto Bruto per cápita osciló en Chubut entre los 12.300 y los 12.500 dólares. No había otra provincia Argentina que alcanzara semejantes niveles, según afirmó ayer el subsecretario de Desarrollo Económico de la Provincia, Eduardo Scagnetti, quien reconocería más tarde esa evidente incongruencia entre la magnitud de lo producido y lo mezquino de su real distribución.

«Es que la mayor parte del Producto la concentran las empresas exportadoras, que en su mayoría son de capitales foráneos», dijo, advirtiendo con ello lo «lógico» que, dado el actual estado de las cosas, resulta el crecimiento de los niveles de desocupación, pobreza e indigencia aún en provincias ricas como Chubut.

Durante las exposiciones a las que ayer dio lugar el seminario se supo que desde Chubut se exportan anualmente 900 millones de dólares de Petróleo, 500 millones de aluminio y 200 millones de piedra.

En el segundo lugar en el ránking de exportaciones se encuentra la industria pesquera, pero ayer no hubo quien pudiera precisar el valor de los recursos ictícolas exportados.

Según coincidieron en destacar varios expositores, la devaluación dejó a Chubut en un lugar ventajoso respecto a otras provincias del país, cuyas economías son más dependientes del «mercado local», concepto que también engloba a los países del Mercosur.

En Chubut, las actividades dependientes del mercado local son, esencialmente, el comercio y la construcción, y sendos rubros, como ya demostró El Patagónico en pasados informes, viven hoy una situación de aguda disminución.

Durante la segunda parte del seminario organizado en forma conjunta por la Fundación Universitaria del Río de la Plata y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNPSJB, ayer quedó en claro que un más riguroso control sobre el desenvolvimiento de las empresas que explotan los recursos naturales del Chubut respecto al cuidado del medio ambiente y el aprovechamiento de los tributos con que se grava cada industria para generar e incentivar pequeñas y microempresas dedicadas a actividades exportadoras es el método que parece haberse decidido a ejecutar la administración provincial para abrir el juego de la economía y propiciar el desarrollo social.

Muchos coinciden en que Chubut se reserva un lugar crucial en el mercado energético mundial, como productora de petróleo, gas y energía eólica, hidráulica y hasta térmica si es que en algún momento llegara a Comodoro Rivadavia la línea de 500 kilovatios. Y también apuestan a la minería como una actividad que ahora mismo ya tienta a inversores británicos que solicitaron derechos de exploración en una zona que se abre desde Telsen a San Martín. La mina de Esquel produciría por sí sola 100.000.000 de dólares en oro anualmente.

Pero mientras el futuro parece sonreir en estos frentes no aparecen aún tangibles para Comodoro Rivadavia, la ciudad más importante de la provincia, las alternativas productivas que permitan imaginarla con vida sin petróleo.  

Fuente:
Diario El Patagonico (29/09/02)