Una tarde radiante fue el marco de la bendición de la Cruz de Monte Barro que desde ayer ampara espiritualmente a los comodorenses. En el cerro Chenque y a la vera del camino alternativo se reunieron cientos de fieles para acompañar al padre Juan Corti en la concreción de otra de sus obras.

La Cruz de Monte Barro posee ocho metros de altura y fue donada a el padre Juan Corti por el grupo de trabajo residente en Italia. La réplica puede ser vista desde gran parte de la ciudad y desde el camino del acceso sur de Comodoro.

Por la noche, será iluminada y proximamente se iniciarán los trabajos de parquisado y construcción de bancos para que además de ser un espacio espiritual pueda convertirse en un lugar de paseo.

Pedir por la Paz

Durante la bendición, Corti manifestó ayer que la Cruz Monte Barro «es un símbolo de la paz -ahora que hay tantos pueblos que la necesitan- y de la bendición de Dios sobre Comodoro Rivadavia». De la bendición participó una importante cantidad de público, autoridades civiles, militares y eclesiásticas.

Las instituciones educativas que se hicieron presentes fueron el Colegio Deán Funes, María Auxiliadora, Ceferino Namuncura, San José Obrero, Juan XXIII y San Juan Bosco.

En esta oportunidad, también se bendijo la bandera que flamea a diario en el cerro Cheque y que Antonio Calderón arrea cada mañana. Durante el acto, Corti explicó porqué tomó la decisión de colocar la Cruz del Monte Barro en la ciudad: «Comodoro Rivadavia ha sido, es y será para mí, mi segunda patria. He dado mi vida a Comodoro y la ciudad siempre me ha comprendido y me ha dado una mano», dijo. Asimismo, comentó que «en este momento en mi pueblo, cerca de la cruz cuya figura está aquí, en una pequeña capilla están celebrando la misa con más de 5.000 personas que quieren participar de este acto juntamente con nosotros», manifestó.

Sobre los hombros

La Cruz de Monte Barro que cumplió cien años tiene su historia. Ayer Corti la compartió con los presentes.

Según narró, el 20 de setiembre de 1890, en un pueblo ubicado al norte de Italia -llamado Galbiate- una señora muy pobre buscaba castañas para poder alimentar a sus cuatro hijos.

Llegó al Monte Barro, acompañada de su pequeña hija de seis meses. Se resbaló en la nieve y se le cayó la beba. La niña se golpeó fuertemente y perdió el conocimiento. Parecía muerta, pero poco después comenzó a dar señales de vida.

Es por ello, que la mujer en agradecimiento a Dios decidió erigir la cruz que fue colocada el 1 de enero de 1900.

En ese momento, la mujer pidió a Dios por su hija y prometió colocar una gran cruz si le restituía la vida de su pequeña. Once años más tarde, ante más de 5 mil personas se inauguró el «Crocione Monte Barro».

Créditos:
Extracta de la Diario El Patagónico