La Cuaresma empieza siempre el miércoles inmediato al martes de carnaval -es decir, mañana- y es para los cristianos un período de 40 días de oración y penitencia que finaliza el Domingo de Pascua, con la Resurrección de Jesús.

En un principio significó varias jornadas de ayuno y la total abstinencia de sexo, carne, huevo y leche por 40 días.

Pero hoy la abstinencia se reduce a no comer los viernes carne de animal caliente -de ahí que el pescado quede exceptuado- y aunque es obligatoria para los cristianos mayores de 14 años, excluye a niños, embarazadas y enfermos.

Por otra parte, el ayuno, que sólo se practica el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, llega a admitir una comida al día y se aplica sólo a gente sana de entre 18 y 59 años.

El primer día cuaresmal es llamado Miércoles de Ceniza porque reconoce en sus orígenes la tradición judía de cubrirse la cabeza con un polvo blanco cuando antiguamente hacían algún sacrificio.

La Biblia cuenta que luego de que Jonás les advirtiera a los habitantes de Nínive que su ciudad sería destruída en 40 días debido a sus pecados, hombres y bestias ayunaron y se cubrieron con sacas de cenizas en signo de conversión, lo que finalmente conmovió a Dios y les perdonó la vida.

En los primeros tiempos de la Iglesia, los que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación también se ponían ceniza en la cabeza para manifestar su voluntad de convertirse al cristianismo.

En el siglo IV la Cuaresma adquirió un sentido penitencial y en el XI comenzó la costumbre de hacer en su primer día la imposición de cenizas sobre la cabeza de los fieles.

Tales cenizas se obtienen de quemar las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, y su significado es recordar que lo que en la Tierra es signo de gloria y riqueza, pronto desaparece; en cambio, el bien realizado permanece y es el pasaje al paraíso.

La imposición de cenizas del primer día de Cuaresma responde a aquello de "polvo eres y en polvo te convertirás".

¿Por qué la Cuaresma dura 40 días y no 10 o 100? Es porque este número guardaba para quienes escribieron la Biblia un simbolismo que enlaza con antiguas creencias astrológicas.

Cada 40 años se experimenta un giro radical en las conductas: se deja lo viejo para comenzar algo nuevo, se es otro hombre.

Desde el punto de vista bíblico, la Cuaresma recuerda los 40 días que duró el diluvio universal, los 40 días que Moisés estuvo en el Sinaí, los 40 días de arrepentimiento de los ninivitas tras la advertencia de Jonás, los 40 días del ayuno de Cristo y los 40 años que los judíos deambularon en el desierto, entre otros.

Los especialistas en temas bíblicos coinciden en afirmar que la alusión al 40 simboliza el cambio de un período a otro: después del diluvio el mundo fue distinto, nació una nueva humanidad.

Luego de que Moisés estuviera 40 días en el Sinaí y recibiera las tablas de la ley, cambió el concepto del bien: los judíos pasaron 40 años en el desierto hasta que murió la generación infiel que adoró al becerro de oro, y surgió la nueva, fiel a Javé.

También Jesús ayunó 40 días tras los que comenzó a predicar. Y hoy se sabe que no murió a los 33 sino a los 40 años.

Los astrólogos sostienen que alrededor de los 40 años las personas dan vuelta la hoja y comienzan a vivir de otra manera, empujadas por el cambio que les impone el planeta Urano -al que llaman "el despertador del zodíaco"- cuando completa la mitad de su órbita (180 grados) en relación al lugar que ocupaba al nacer.

A esa altura, la sensación de las personas es como si se sentaran en la vereda de enfrente a contemplar su vida, no les gustara lo que ven y decidieran darle una vuelta copernicana.

Que los antiguos nada supieran acerca de Urano (fue descubierto en el siglo XIX) no significa que no existiera y pudiese influir energéticamente, sostienen lo astrólogos.

Y explican que si antes se apreciaba sobre generaciones el cambio propuesto por Urano, era porque la vida era muy corta; ahora se nota a nivel individual porque la existencia se alargó.

Las alusiones a los 40 días o los 40 años que se hacen en el Antiguo y el Nuevo Testamento se deben a que ambos fueron escritos en tiempos en que la Astrología era el máximo saber.

A tono con esto, los 40 días de la Cuaresma son la propuesta religiosa a cambiar: mediante el ayuno, la oración y la penitencia el hombre puede arrepentirse de sus pecados y mejorar. Urano mediante.
 

Créditos:

Ana María Bertolini - Telam. Publicado en el Sitio minutouno.com (24/02/09)