"Capital del Viento" |
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El padre Juan Corti y los grupos que apoyan sus actividades realizaron ayer un agasajo para 700 chicos del barrio San Martín y alrededores. Se cocinaron 1.200 choripanes, hubo juegos, se entregaron juguetes y se sorteó una bicicleta.Corti revivió en esta oportunidad el mandato cristiano que dice que para entrar al «reino de los cielos» hay que «ser como un niño»... y por eso rió junto a ellos.
El programa incluyó una multitudinaria choripaneada para la que cocinaron los integrantes del grupo juvenil «Servidores de Cristo», contando con la colaboración de otras organizaciones tales como «Patagonia Soñada» e «Infancia Misionera».
«Todos juntos trabajamos para que los chicos pasen una tarde feliz», había explicado Rosa Lewe, integrante de «Servidores de Cristo» al inicio de los preparativos.
Después del almuerzo para el que se doraron en chulengos 1.200 chorizos, se hicieron juegos, se regaló un juguete a cada chico y se sortearon premios siendo una bicicleta el galardón más deseado entre los asistentes.
«Hay muchos juguetes que donaron los jóvenes de las Comunidades Extranjeras, los que aportaron el Rotary y un grupo de Rada Tilly y la bicicleta que donó Lucaioli», informó Guillermo Schneider, quien integra el grupo «Patagonia Soñada».
Que vengan«Hace 59 años que trabajo con los niños. Así cumplo con lo que dijo Jesús en el Evangelio: ‘dejad que los niños vengan a mí’.
Yo he dedicado toda mi vida, casi seis décadas, a trabajar con los niños», expresó el padre Corti, quien recordó que sus comienzos fueron en Italia, donde abogó por el bienestar de niños que habían perdido a ambos padres en la Segunda Guerra Mundial.
En la Patagonia, Corti se abocó a la asistencia en los barrios más carenciados.
«A pesar de mis 80 años me siento un niño. Porque Jesús dijo que debemos volvernos como niños para entrar en el Reino de los Cielos. Humildes, sinceros, juguetones, alegres.
Con sinceridad de vida que sirva para mantenernos en alegría», expresó con su particular estilo el religioso que se mostró feliz de poder dar más de lo que ya otorgó a los chicos de la ciudad.
Finalmente, remarcó que había sido una semana dedicada de lleno a los niños por su día. «Cada chico y curso tuvo su fiesta en los cuatro colegios que tengo. Fue realmente una fiesta para ellos», dijo satisfecho.
Créditos:Publicado en el Diario El Patagónico (15/08/05)
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