"Capital del Viento" |
|
Artículos: Autor:
|
"Marzo 22, 2003" Los rezos esta noche fueron hermosos. La voz de un hombre en alguna mezquita de la ciudad se iba haciendo un hilo. No sé si era un lamento o una serenata desesperada en el inicio de la primavera oriental. El 21 de marzo simboliza tanto para kurdos como para iraníes, el año nuevo. Los unos y los otros se pelean por establecer el origen de la festividad que abre el año y la primavera. Un elemento que es de vital importancia en los rituales a la hora de abandonar el año, es el fuego. D.H.Lawrence decía con razón que "el fuego es el elemento que no miente". Los locales encienden fogatas y cuando éstas aún no son altas, la gente las salta. Cuando el cuerpo se balancea hacia delante, la persona dice: te entrego el color amarillo. Luego salta el fuego en dirección reversa y concluye: pero tomo tu color rojo. El amarillo simboliza las tristezas; el rojo la vitalidad, la verdad y la alegría. El rojo llega del fuego al hombre. Y la primavera bermeja entra en la vida de la gente, mientras canta y baila en las calles con trajes brillantes y estreno de turbantes. El fuego es el elemento que no miente. Un canal de televisión norteamericano con fuertes tendencias patrióticas, se refirió a los pozos petroleros en llamas en un tono moralizador y negativo. Pensé en aquellos pozos encendidos por los iraquíes y pensé en ciudades bajo bombas aliadas. Pensé en la defensa y el ataque. En un ratón persiguiendo a un gato (los locales dicen que Saddam tiene 7 vidas). Los medios occidentales dicen que Saddam tal vez está muerto y ahora él tiene una tremenda razón para estar cansado: mostrar que está vivo. En los próximos días, él y sus dobles, recibirán a ministros e hijos ante las cámaras de la tv. iraquí. Pero probablemente, la verdad ya no le será permitida. Saddam sólo será una duda. Casandra era una diosa hermosa y ambiciosa que tenía el don de predecir el futuro. Pero cometió el error de irritar a un gran dios griego y éste le escupió la boca y la castigó a ser dudada de por vida. Casandra predijo a la perfección las peores catástrofes y dolores del mundo. Pero nadie jamás creyó una sola palabra que salió de su boca y Casandra vivió sus días con la rabia de las palabras inciertas. En la televisión se veía cómo algunos soldados iraquíes se rendían en el sur. Improvisaban una bandera blanca y apenas levantaban los ojos de la arena del desierto. Fue para mí una imagen triste porque no simbolizaba a la paz sino a la derrota. Y empecé a imaginar el nuevo mapa del mundo, liso e inofensivo como el del cualquiera de esos juegos que por unos momentos hace que uno se sienta como Bonaparte. La bandera con 50 estrellas flameó en Umm Qasr, una de las primeras ciudades conquistada por los aliados. Irak va camino a su liberación pero nos han dicho que no es tiempo de preguntarse por esto. |
|
|
|