"Capital del Viento" |
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El Profesor Eduardo Cabezas falleció el lunes a las 23.30 en el hospital Regional, donde estaba internado en grave estado desde el miércoles pasado.Tenía 53 años y había nacido en Quilmes, Buenos Aires. En la Universidad de La Plata obtuvo el título de licenciado en Zoología en 1973, ese mismo año estuvo en Puerto Deseado donde realizó la investigación para su tesis.
Dos años después se estableció definitivamente en Comodoro Rivadavia donde residen familiares maternos.
A partir de entonces sostuvo una fluida actividad tanto académica como política. En la universidad fue desde docente ad honorem hasta concursado, participó en comisiones de estudio, brindó conferencias y llevó adelante proyectos de investigación y revalorización de la flora y fauna regional.
Fue miembro conciliario del Consejo Superior en varias oportunidades, como así también uno de los fundadores del gremio docente.
Como miembro del Partido Intransigente -PI- tuvo una activa participación política, fue candidato a concejal, a diputado provincial, integró la comisión solidaria con Chile en 1984, también participó ativamente en el Congreso Pedagógico, fue candidato a convencional constituyente y fue asesor en la reforma de la Carta Orgánica en 1999.
Investigador, docente, gremialista y político, dueño de una lucidez admirable a la hora de presentar propuestas y defender posiciones en las reuniones del Consejo Superior de la Universidad. Docente admirado por sus alumnos, pero sobre todo hombre comprometido y honesto.
Fueron estas características las que lo ubicaron como uno de los mejores hombres que la Alianza ubicó en el gobierno municipal; sobre él no pesó jamás duda de ninguna clase y fue nombrado al frente de la Subsecretaría de Medio Ambiente.
Defensor inclaudicable del medio ambiente, se enfrentó a políticos y empresarios para rechazar el Proyecto Prima Klima, y fue mucho más allá de los discursos para defender el medio ambiente, abrazó las lengas en el bosque y se opuso al proyecto en varias conferencias magistrales.
Intransigente a la hora de tomar decisiones en ese sentido.
Así se ganó el respeto de niños, adolescentes y vecinos. Sin embargo tuvo que irse de su cargo ante la falta de apoyo de los dirigentes de su propio partido.
Podríamos, en este espacio, hacer una larga lista de sus actividades que podemos extraer de un voluminoso currículo, pero a esta hora no es necesario.
Quede en esta ciudad, el recuerdo de un hombre que prefería caminar a tomar un colectivo o taxi, porque ello le daba la posibilidad de hacer el control casi diario del crecimiento o enfermedades de los árboles de una calle o avenida.
Quede en sus alumnos, el recuerdo de un profesor que enseñó más que nada a desentrañar los secretos de la naturaleza para conocerla, amarla y respetarla.
Quede en sus colegas docentes de la universidad, el ejemplo de compromiso con el bien común.
Quede en los políticos de la ciudad, el ejemplo de un hombre insobornable.
Vaya en esta nota el abrazo emocionado a su hermano, a sus tíos, primos y a los amigos del alma que cosechó en esta ciudad.
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