En los momentos especialmente complejos que vive la comunidad argentina, es curioso escuchar que se relaciona lo que sucede ahora y aquí en Argentina del 2002, con la Revolución Francesa de 1789.

He recorrido los antecedentes, la pre revolución, el desarrollo y la acción generalizada del pueblo francés hace más de 200 años y pareciera haber un paralelismo en varios aspectos. En 1789 vivían en Francia 28 millones de personas, que al principio no cuestionaban la monarquía, pero que sentían que algo debía cambiar y fundamentalmente desde arriba, es decir... la monarquía debía actualizarse, moralizarse, y ser capaz de llevar adelante una administración del Estado de manera eficiente, justa y honesta.

Las ideas de vanguardia y renovadoras, el pensamiento de los "Iluminados" franceses, eran considerados como de difícil comprensión por el pueblo.

Más, a pesar de todos estos pronósticos, las ideas iluministas permearon con una velocidad insospechada en toda la comunidad. Ideas que eran patrimonio de ilustres pensadores corrían de boca en boca, de pueblo en pueblo y todos los súbditos del Rey Luis hablaban con la solvencia y capacidad de grandes tratadistas, de diputados, obispos, condes y duques..., de nobles en definitiva, y de escritores iluminados...

En Francia de 1789 pocas cosas irritaban más a la población que "los privilegios" de la nobleza y el clero. Y el detonante de la Revolución Francesa fue la situación económica y financiera del Reino.

Francia era un país rico, pero ante el mal manejo y el endeudamiento de la clase dirigente era necesario imponer más gravámenes a la población.

Es por ello que Luis XVI convoca a los Estado Generales, para sancionar nuevas cargas y para pedir más apoyo económico al pueblo. Las clases acomodadas, los que se beneficiaban con los impuestos, tasas y gabelas que pagaban los casi 28 millones de franceses, es decir el clero y la nobleza consideraban que no eran ellos quienes debían aportar aunque fuera por esta única vez el dinero a la corona.

Pensaban que el pueblo debía pagar, una vez más, la "fiesta" de la nobleza y del clero. Analizando a fondo la Revolución Francesa, ésta comienza con la pre revolución que nace de la falta de apoyo que le brindan a la monarquía empobrecida, las clases que se habían beneficiado permanentemente con el régimen.

En síntesis, entre las causas que generan la Revolución Francesa en 1789 podrían citarse:

1. Un poder gobernante débil;
2. Un poder absoluto que creía que nadie podía ni debía juzgarlo;
3. Una cadena de privilegios que herían a la comunidad empobrecida y agobiada;
4. Una falta de sensibilidad para saber hasta dónde podía tensarse la cuerda contra el pueblo;
5. Una preparación rapidísima y fulminante de toda la comunidad que en muy poco tiempo evaluaba con más inteligencia que sus gobernantes, tenía las ideas de muy buenos estadistas, juzgaba con la realidad y probidad de excelentes jueces;
6. Una población que recordaba todo lo que se había hecho en contra de sus intereses, en contra del Estado, de los más débiles y de la comunidad en general.

Los pueblos en sus permanentes reclamos actúan de manera semejante a través del tiempo, y como lo dice el poeta T.S. Eliot: " ... sólo no estamos derrotados, porque seguimos intentando..."

Y así se concretan las conquistas sociales, los avances y las mejoras que benefician a quienes menos tienen. Si tuviéramos que retener palabras claves de esta épica revolución digamos que ellas son:

• Debilidad en el Gobierno.
• Impunidad del Gobierno.
• Instauración de un sistema de privilegios.
• Gobierno a espaldas del pueblo.
• Manejo de los esquemas judiciales en beneficio de la clase gobernante.
• Desconexión entre gobernantes y gobernados son la resultante de aquello que movilizó a 28 millones de hombres en 1789.

Podrán los lectores sacar sus conclusiones y por analogía ver hasta dónde puede o debe relacionarse a Francia de 1789 con la Argentina del 2002.  

Crédito:

Diario El Chubut Noticias de Francia (03/02)