Es frontal, contestatario, y tiene permiso social para decir lo que se le da la gana. Como buen tano, gesticula, habla fuerte, y su marcada vehemencia, lo lleva de un tema a otro, y siempre es sustancioso lo que dice.

El Padre Corti, llegó ayer a la redacción con ganas de analizar la realidad actual, partiendo de sus impresionantes vivencias, que lo fortalecen cada vez más.

Con un deseo incontenible de hablar, dijo "Hay un refrán que dice "el bien no hace ruido, y el ruido no hace bien". En Comodoro Rivadavia como en todas partes hay personas que valen oro, y sin embargo viven en un silencio absoluto, los que se denominan "de perfil bajo".

"Estoy seguro de que acá son más los jóvenes buenos, que los que no lo son, porque los no buenos son aquellos que siempre llaman la atención, y es por eso que la televisión y la radio exaltan a esos muchachos".

"Y quiero dar un ejemplo, el 31 de diciembre pasado, cuando hubo un hecho delictivo muy grave (asalto con rehenes de La Salteña), todos los medios, los diarios, la televisión, las radios, no hicieron otra cosa que hablar de eso, pero por ejemplo, si hay un joven en la playa, socorre a alguien que se está por ahogar, se tira y lo salva, eso seguramente va a pasar desapercibido".  

"Medito mucho sobre nuestro país..."

"Por eso digo que frente a esta situación en la cual nos encontramos actualmente en el país, sobre la cual yo medito mucho, pienso qe tengo una gran experiencia, la que me dieron cinco años de guerra y casi dos años de preso en Alemania".

Rememora, "Cuando salí de Italia en el '48, mi pueblo estaba totalmente destruido, y cuando volví a los 25 años no lo conocía más, porque estaba asfaltado, con edificios de cinco y seis pisos, máquinas, autos, camiones, establecimientos, industrias, y si nos preguntamos ¿por qué?, porque el europeo está acostumbrado a dos cosas: al sacrificio, y al trabajo".  

El ejemplo de los europeos

Y ejemplificó "un europeo que viene a la Argentina, la primera cosa que hace no es comprar un coche, sino hacerse la casita, y si es albañil, trabaja sábado y domingo con toda su familia".

"En cambio los argentinos exigen al gobierno que les dé una casa, y eso es totalmente equivocado. Entonces el italiano, y en general todos los europeos, una vez que se construyen su casa, con el tiempo se compra un cochecito viejo, y a los cinco o seis años, cambia el modelo por uno más nuevo o al cero kilómetro".  

Rancho con piso de tierra, televisor y coche

Se lamentó "Me doy cuenta por donde vivo yo que hay muchos ranchos, con pisos de tierra, pero tiene televisor y un coche viejo frente a la puerta, y ese es un cambio de mentalidad".

Cuando yo me escapé del campo de concentración, donde comí ratas, papas, pasto, recuerdo que en Italia hemos sufrido hambre, eso sí por supuesto, pero nadie robaba".

"Recuerdo que cuando terminó la guerra, llegó a Génova en el '46, el primer barco que se llamaba Santa Cruz, y en ese mismo vino a Argentina en el '48, me hice 200 kilómetros con una carretilla para poder comprar una bolsa de trigo de 50 kilos".

Con orgullo dijo: "Yo me mandé seis escuelas, solo, también el consultorio periférico, comedores escolares, iglesia, con la ayuda del pueblo, siempre digo que "las obras buenas se hacen con la promesa de los ricos, la mentira de los políticos y la generosidad de los pobres".  

Crédito:

Diario Crónica (22/01/02)