"Capital del Viento" |
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La bienvenida del pueblo que tiene sus raíces y la entrega una copia del decreto por el que se declara “ciudadano ilustre” a Ignacio Guido Hurban. (Foto: La Vanguardia del Sur).
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Ignacio Guido Montoya Carlotto aseguró que vive estos días “sin ningún resquemor” y con muchos “instantes de felicidad”.En la conferencia de prensa realizada en la Comisión de Fomento de Cañadón Seco fue directo y sencillo en sus respuestas, como lo fue en la conferencia de prensa que dio en Buenos Aires, junto a su familia materna, la de Estela de Carlotto.
Acá, en Cañadón Seco, sin el ruido porteño, Ignacio habló de “instantes de felicidad” que está viviendo, al reencontrarse con su familia Montoya. “Me siento el más privilegiado, quizás el único” en esta historia, comentó, consciente de que a sus tíos y abuelos, de ambas ramas familiares, les deben ocurrir otras cosas diferentes puesto que en él ven a los seres queridos, asesinados por la dictadura.
Pero él no siente lo mismo. No hay tristeza en él porque “no estoy atravesado por esa desgracia”. “Tenía una vida fenómeno, y ahora más fenomenal”, manifestó.
“La diferencia es que ahora tengo una familia más grande. No es que paso a ser otra persona”, afirmó. El objetivo ahora es “reconstruir una línea de afecto” con los Montoya. “Lo que viene ahora es muy lindo y tiene que ver con encontrarse con la familia y entablar una relación de afecto que ya está”, expresó.
“Tengo mi trabajo, mi vida la que seguiré manteniendo; mi vida como músico seguirá funcionando, a eso se le suman dos familias a las que hay que responder de alguna forma”.
Reflexionó al conocer la historia de su padre que fue músico: “Puedo explicar mi vocación, y ahí están las respuestas más importantes”.Sobre cuánto le cambió la vida conocer su verdadera identidad contó: “A los 4 días de enterarme, volví a trabajar, no fue un gran cambio”.
“Recién ubiqué en el mapa dónde estamos y me di cuenta que es muy lejos, habrá que viajar y meternos en el trabajo de reconstruir una relación familiar. Ahora solo queda alimentarla”, dijo, como pensando en voz alta.En las 48 horas que estuvo en Caleta y Cañadón Seco pasó “momentos muy emocionantes. Fueron 48 horas húmedas y muy bien comidos y muy bien bebidos”, agregó, siempre sonriente.
“Verme en la foto es algo que golpea”, comentó, por el gran parecido con su padre Walmir “Puño” Montoya.En un momento de la conferencia, se le permitió hablar a “Pelusa” González, un vecino de la localidad, quien recordó que “hemos hecho el curso de pilotos (con “Puño” Montoya). Fuimos los cuatro primeros pilotos de Cañadón, uno de ellos era él. Tengo la suerte de haber convivido con él y sos igual, como tu papá con el pelo más negro. Inclusive la forma de hablar, el tono de voz. Son iguales. Estoy orgulloso que estés viviendo esto en Cañadón Seco”. Y dijo: “son emociones duras y tristes” y luego se quebró y no pudo seguir.
En otro momento de la conferencia lo invitaron a hablar a un amigo de la adolescencia de “Puño”, Mario Basiglio, pero dijo dos palabras y luego no pudo seguir. Estaba muy emocionado. Ignacio prometió volver. “Me he cansado de asustar gente”, bromeó, diciendo que en la calle pensaban que era su padre “Puño” Montoya.
Al preguntarle sobre su abuela Hortensia “Tenchi” Ardura, elogió que ella “no me esperó tan en silencio, sino que llevando una vida maravillosa. Yo rescato de las familias que atravesaron esta desgracia muy fuerte, que vivieron basados en una alegría muy grande, tanto los Carlotto y los Montoya también. Es muy loable y muy para aprender. Y la abuela Tenchi es una máquina de sabiduría. Por eso planteamos volver pronto y estar mucho acá, para disfrutar de una persona tan linda y tan sabia”.
Créditos:
- Publicado en el Sitio La Vanguardia del Sur. (01/09/14).
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