"Capital del Viento" |
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Los voluntarios con la bolsa de dormir. Foto: Gza. La Sachetera
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Las mejores ideas surgen en los momentos menos pensados. Así le sucedió a Goga Dodero, una diseñadora de indumentaria que trabaja de vestuarista y madre de dos hijos, que un día tuvo la genial idea de empezar a hacer bolsas de dormir para gente de la calle con los desechos de sachets de leche."Hace 2 años me regalaron un bolso de la marca AfueraAdentro que estaba hecho con sachets de leche. Al principio lo miré con desconfianza porque me pareció poco resistente y yo quería llevar ahí mi computadora. Así que empecé por cargar libros y después sumé la computadora y lo soportaba sin problemas", cuenta Goga, quien confiesa que a partir de esa toma de conciencia sobre la reutilización que se le podían dar a los sachets, le empezó a dar culpa tirarlos en su casa.
"Sumado a eso, me fui de campamento con mi familia y yo siempre tengo frío aunque esté abrigada. Y me empecé a preguntar cómo hacía la gente de la calle para sobrevivir al frío sin el abrigo necesario. Y ahí fue cuando se me ocurrió que podía usar los sachets para hacer bolsas de dormir para la gente de la calle que fueran aislantes", cuenta Goga, que recién se animó a contarle de esta iniciativa a un grupo de amigas en mayo de 2012.
La idea prendió en el colegio Guiñazú de Pacheco que empezó a juntar sachets y en dos semanas ya tenían los 75 que necesitaban para diseñar la primera bolsa de dormir. Goga y su hija fueron las encargadas de coserla y llevarla a Un sol de Noche, una ONG que reparte comida y abrigo para gente de la calle.
"Un señor la probó y nos sugirió que le sacásemos los abrojos y que le hiciéramos una abertura más grande. Tienen una capucha, es un producto liviano y que además se seca rápidamente", agrega Goga, que abrió las puertas de su casa para empezar a reunir a las voluntarias que se sumaban a esta movida.
Como saben de la importancia de las redes sociales a la hora de difundir un proyecto solidario y contagiar nuevos aliados, abrieron una página de Facebook y en poco tiempo muchas manos se fueron sumando a esta simple y exitosa causa: "Somos casi todas mujeres. Siempre supe que esta no era una tarea solitaria sino que había que sumar voluntades. Si bien había colaborado en diferentes iniciativas, nunca había hecho un camino solidario de voluntariado en forma sostentible. Pero por suerte me vinculé con personas que sí lo estaban haciendo y que me fueron aconsejando", cuenta Goga.
La Sachetera empezó a través de las escuelas de los hijos de las fundadoras y voluntarias que fueron las primeras que empezaron a juntar sachets y después muchas otras públicas, privadas y parroquiales se fueron sumando.
A su vez, la gente del sitio Dondereciclo.org les hizo una nota y las sumó al mapa interactivo que tienen sobre los lugares disponibles para reciclar los diferentes materiales y eso les dio mucha visibilidad. Gracias a eso pudieron abrir nuevas sucursales. Porque si bien el proyecto surgió en Pacheco, hoy ya está siendo replicado en la ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Puerto Madryn, Puerto Pirámides y Córdoba.
"Si alguien quiere empezar con el proyecto nosotros les pasamos toda la información para que entiendan que es una iniciativa ambiental, social y voluntaria. Una vez que una persona toma el compromiso de abrir un grupo, los vamos apoyando y acompañando", comenta Goga, quien incluso escribió un manual para que cualquier persona pueda aprender cómo se cosen y sellan las bolsas de dormir.
El circuito es de lo más simple: reciben las donaciones de los sachets abiertos y limpios (puede ser cualquiera de un litro que tenga en la parte de adentro el aislante negro), se juntan para coser las bolsas y después las distribuyen a través de diferentes ONG que trabajan con personas en situación de calle como Un sol de noche, Fundación SI y Manos que ayudan. Desde que arrancaron, los grupos de la ciudad de Buenos Aires y zona norte, ya repartieron130 bolsas de dormir.
Afortunadamente recibieron la donación de seis máquinas selladoras con las que agilizaron mucho el trabajo pero necesitarían otras 20 más para repartirlas entre el resto de las iniciativas del interior del país. A su vez están buscando el apoyo de empresas, ONG y particulares que quieran sumarse al proyecto.
Como programas paralelos, juntan cuadraditos de polar para hacer frazadas y cuellos y llevan adelante la Campaña "La media perdida" en la que invitan a las personas a donarlas medias solitarias que tienen en su casa, ellos le encuentran un par y luego las donan a personas de la calle.
"A futuro creo que esta práctica tiene que estarán instaladas como las mujeres que se juntan a tejer cuadraditos para armar mantas para gente de la calle. Hay que empezar a ver los residuos no sólo con fines comerciales sino también con un fin solidario y ambiental. Está lleno de gente que busca proyectos para involucrarse y esta es una buena manera", concluye Goga.
Créditos:
- Por Micaela Urdinez. Publicado en el Diario La Nación.
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