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Ropa sustentable para bebés

 


Nuestra ropa busca cumplir con tres cuestiones fundamentales: Calidad, Diseño y Ergonomía.

Tras un año y medio de investigación del producto y búsqueda de proveedores para “cerrar” la idea de ofrecer al mercado ropa para bebés elaborada con algodón libre de pesticidas, Ileana Paz Lacabanne, una diseñadora gráfica, y Mercedes Morera, licenciada en sistemas, decidieron emprender juntas el “camino correcto” de la moda para niños, que lo llamaron Chunchino.

En diciembre de 2008, estas dos emprendedoras decidieron que el proyecto que tanto esfuerzo les llevó gestar estaba listo para dar a luz. Así nació Chunchino, pensando en sus hijos, y los hijos de sus hijos o, en definitiva, en las futuras generaciones.

“Nuestra ropa busca cumplir con tres cuestiones fundamentales: Calidad, Diseño y Ergonomía”, cuenta Lacabanne.

Ambas reconocen que la ecología, la sustentabilidad y la responsabilidad social fueron las “influencias” sobre las que se apoyaron para construir la marca de ropa que soñaron para vestir a sus hijos y al de muchas otras familias.
 


Comunicación y proveedores

El gran reto de esta pequeña empresa es la comunicación. “Chunchino busca modificar hábitos, conductas, con sus productos”, y para hacerlo se vale también las redes sociales para incursionar en la RSE 2.0 y sumar adeptos a ideas como el comercio justo, el consumo responsable y la sustentabilidad.

Para que Chunchino pueda ser posible, hizo falta encontrar a aquellos proveedores que le permitieran sustentar la idea del proyecto.

Actualmente traban con la Asociación Civil “Otro Mercado al Sur” que les provee de uno de los recursos más importantes para llevar adelante la empresa: la materia prima, algodón agroecológico.

Este algodón es cultivado en la provincia del Chaco y tiene como particularidad que “no se utilizan sobre él pesticidas o químicos contaminantes, que son perjudiciales para la piel del bebé, la salud de los trabajadores y el medio ambiente”.

De allí pasa a la hilandería ubicada en la ciudad de Pigüe, y parte desde este punto hacia las empresas y talleres textiles.

Chunchino además trabaja su cadena con otros dos proveedores: los talleres textiles y el packaging para sus productos. Para los talleres, en un país que abundan los ilegales ligados a prácticas primitivas de trabajo, encontraron a la Cooperativa Media Pila que hasta podría ser considerado como caso de Negocios Inclusivos.

Media Pila está conformada por mujeres a las que se les provee de maquinaria para llevar adelante microemprendimientos, pero trabajando como equipo. Las empresas que contratan los servicios de este taller solidario, se aseguran que allí no exista trabajo esclavo, familias viviendo en los talleres en condiciones humillantes y que se cumpla con un horario de trabajo digno y basado en un precio justo.

Y el último eslabón en la cadena de Chunchino, antes de llegar al cliente es el empaque, que es elaborado por Red Activos, una asociación de trabajadores con discapacidad organizados por La Usina, que funciona sobre la base de dos condiciones: trabajo en red y comercio justo.  


Crédito:

  • Por Fernando Legrand (Editor de RSE Online). Publicado en el Sitio Fortunaweb. (08/10/09)
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