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La Asociación de Bomberos Voluntarios de Comodoro Rivadavia realizó ayer al mediodía un acto que ingresará, como un hito, en la historia de la institución.Tras 10 años de debate dentro de la institución sobre si se aceptaba o no el ingreso de mujeres y luego de un año de entrenamiento, por primera vez recibieron insignia de Bomberos un grupo de siete mujeres entre los 13 nuevos agentes que se incorporan este año al cuerpo activo de la institución.
Acompañadas por sus familias y, aunque fue la última parte de la entrega de insignias, las mujeres bomberos saben de la gran responsabilidad que tienen como servidoras de la comunidad.
Tienen entre 18 y 35 años, además de una cadete de 13 años que ingresó con este primer grupo, hace un año. Ellas son: Mónica Anahí Tejerina, Natalia Fernanda Regincos, Romina Salomé Echaide, Gabriela Lorena Di Marco, Liliana Cruz, Rosana Mariela Maldonado y Verónica Mandolini.
Junto a ellas estaban Alejandro Castro, Alberto V. Zárate, Juan José Silva, Guillermo Soto, Lucas Damián Rojas y Gabriel Angel Llamazarez, los aspirantes varones que también recibieron la insignia de Bomberos. Un orgullo para todos.
El cambio y la aceptaciónEn diálogo con Crónica, uno de los suboficiales reconoció que "este es un momento histórico, hace 10 años que se debatía si entraban o no las mujeres, había más que nada -y todavía los hay- muchos prejuicios, pero creo que la participación de la mujer es necesaria, vivimos en una sociedad de hombres y mujeres y, en definitiva, por qué no iban a participar, en casi toda la provincia y en otros lugares del país ya hay mujeres desempeñándose como bomberos".
No fue fácil, "adecuar las instalaciones para poner un vestuario y baño de damas no fue tan complicado como el cambio de mentalidad, este es un proceso más largo aunque en general, una vez que se aceptó el ingreso de las mujeres se dejó de lado el debate".
Ganar un lugarTampoco fue sencillo para las mujeres, aunque lo más importante estaba de su lado: la determinación.
Guillermo Jones, de la comisión directiva de la entidad, dijo a Crónica que "la institución tuvo que adaptarse, ellas se ganaron el lugar, ellas llegaron a la institución pidiendo la incorporación, al principio nos parecía imposible pero se logró".
También reconoció que "un proceso más largo será el de aceptar el valor de la mujer como agente de servicio a la comunidad, ellas han estado compartiendo guardias, han participado de los cursos de capacitación y después de casi un año cumplen con todos los requisitos que se exige para ser un bombero".
Lo más complicado: entrarBien paradas, con equipo formal, ocuparon un espacio propio en la formación. Crónica dialogó con ellas momentos antes del acto.
"Lo más complicado fue entrar, encontrar nuestro lugar y ganarnos el espacio, después fue una cuestión de capacitación", expresó una de ellas.
Otra agrega que "cuando entramos fue como chocar con una pared que no nos dejaba pasar, pero nosotras sabíamos que eso iba a ocurrir, pero en una tarea de paciencia de a poquito fuimos ganando el respeto, no como personas que siempre lo tuvimos, sino como personas capaces de cumplir con lo que exige la institución".
Sabían que, durante la etapa de entrenamiento, todo el tiempo estaban siendo evaluadas, ellas sentían ese peso "tuvimos que demostrar que éramos capaces para cumplir con la tarea que tiene un bombero, tuvimos que hacernos el lugar y también se trata de aceptar que no hay problema de sexos, que adentro somos iguales".
"A nosotras, agregó, nos tocó comprenderlos, porque es una institución de muchos años que siempre tuvo varones y sabemos que no se puede cambiar de golpe una mentalidad o un modo de funcionar".
Crédito:Publicado en el diario Crónica (27/07/05)
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