Los libros quemados, sin vida. La biblioteca popular de barrio San Martín quedó destruida en un 90%. Se perdió un patrimonio cultural que llevó años reunir.

Ocurrió después de las 18, cuando la persona que atiende la Biblioteca Popular Darío Hugo Fernández, del barrio San Martín, culminó su tarea diaria y cerró el lugar.

Al salir, vio a unos chicos que merodeaban en la calle, menores entre 8 y 10 años, pero jamás se hubiera imaginado que ellos esperaban que saliera para llevar a cabo su travesura, que se convirtió en un acto de enorme daño.

«Se perdió material de diarios que teníamos del año 1920 y 1930, diarios antiguos, colecciones de libros de distintas épocas de Comodoro, gente que ha confiado y nos ha dejado un material de un valor enorme en lo cultural».

Así relataba Ernesto Allende la magnitud del daño. «Se perdió todo», decía, mientras miraba las salas donde sólo se veía oscuridad, entre cenizas y libros quemados.

El fuego se inició en el sector posterior de la biblioteca, donde hay dos depósitos que contenían libros y material de hemeroteca.

«Eso lo íbamos a ordenar en la futura biblioteca, donde tendríamos mayor espacio. Lo único que habíamos dejado a mano fueron los libros de texto que se consultan diariamente».
 

Chicos con guardapolvo

Ernesto explicó que el material de archivo se tenía guardado en los dos depósitos, los que fueron incendiados.

Algunos niños y vecinos de la biblioteca vieron a los chicos que ingresaron al predio a cometer el siniestro. Son menores conocidos del barrio.

«Por lo que me contaron, eran chicos que andaban con guardapolvo», dijo el escritor. «Apenas se fue la chica que atiende acá, apenas dio vuelta la esquina, se metieron adentro y andaban con un encendedor. Estuvieron esperando desde que salieron de la escuela para hacer este daño».

Ernesto contó que el miércoles él mismo había encontrado en una de las puertas un cúmulo de palillos y papeles.

«Calculé que tenían ganas de prenderlo, era lo único que le faltaba a la biblioteca, porque ya le han roto vidrios, puertas y han robado infinidad de cosas adentro».

Al lugar acudieron los bomberos que lograron apagar el fuego, antes de que se propagara hacia el sector de adelante, donde están las mesas y el material de estudio.

«La única manera de asegurarlo es clausurar todas las puertas; pero qué se yo, no sé qué hacer...».

La pérdida en la biblioteca fue de un 90%, según estimó Allende, quien no salía de su confusión, intentando comprender tamaña agresión.

«Son 15 años de mi vida que he dedicado al trabajo voluntario en esta biblioteca; he dejado mi vida, la vida de mi esposa y de mis hijos que me han ayudado en la atención, para poder llevarla al sitial que tiene, porque es una de las que más trabaja en muchas actividades».

El dolor se adueñó ayer de Ernesto Allende, al ver la biblioteca que fundó en mayo de hace 15 años destruida por el fuego que provocaron unos niños. El dolor lo tomó por sorpresa, justo un día antes de la presentación de su primer libro, «Sueños y recuerdos», que se hará hoy en el Ceptur, a las 18.

«Yo estoy que cuelgo los guantes y que otro se haga cargo, estoy cansado de tanta violencia y tanto robo», expresó, frente la desoladora imagen de cientos de libros quemados.
 

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Publicado en el Diario El Patagónico. (31/03/07)