"Capital del Viento" |
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Una importante cantidad de fieles de diferentes puntos de la ciudad peregrinó ayer por las calles acompañando la imagen de María, la madre de Jesús.Por calles de tierras y asfaltadas agradecieron, pidieron, arrojaron pétalos, cantaron y bailaron para agradecer la «gracia divina».
Por la mañana, mientras en el Isidro Quiroga se comenzaba a caminar, en la zona norte, en el barrio Presidente Ortiz, se daba inicio a una misa.
En tanto, a las 10 los vecinos del barrio Escuela del barrio General Mosconi iniciaban su procesión que concluiría en la Iglesia del Buen Pastor donde compartieron una misa. Por la tarde la veneración de la virgen continuó en distintos sectores de la ciudad.
La fuerza de la FéEn el centro el punto de encuentro fue el Santuario del Mar y de la Paz, donde se realizó la tradicional «Lluvia de pétalos y agua bendita».
La actividad en la costa, frente a la avenida Ducos, comenzó a las 8 con el rezo del rosario, a las 10 se inició la misa que estuvo a cargo de monseñor Marcelo Nieva, allí un joven tomó la comunión y también se realizó la alianza de amor con María de varias fieles.
Sobre el mediodía, y a pleno sol, se arrojaron los pétalos, esta vez desde la altas escaleras de una autobomba del cuartel de Bomberos ya que el helicóptero de Prefectura Naval Argentina participaba de la búsqueda de un marinero perdido en la zona de Rawson.
La actividad fue organizada por la Asociación Civil Padre José Kentenich del Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Después de la misa, todo fue al aire libre, de espaldas al mar, donde se construyó un escenario.
Allí se reproducía un pesebre viviente, y a un costado brillaba el pino de la Navidad. Desde el escenario Mirta Munuera fue la encargada de dirigir la ceremonia, dar la palabra a los referentes de la Prefectura y al director de la banda de la IX Brigada Aérea.
También invitó a los presentes a dejar su testimonio. Es por ello que al escenario subió Juana Sandoval, quien afirmó que «hace cinco años nació mi nieto, en este Hospital. Eran las 12:20, no tenía esperanza de vida y el helicóptero todavía estaba sobrevolando tirando pétalos, estaba el padre Antonio Pozos.
En esa oportunidad hice una promesa, que la renuevo y la cumplo a diario y hoy mi nieto está cumpliendo cinco años, está bien y se llama Alvaro Augusto Robles».
Fieles de todos ladosEntre los comodorenses, en esta ocasión también se encontraban fieles de Pico Truncado. María Antonieta, misionera de la Virgen en la localidad santacruceña, sostuvo ayer que «la Virgen, madre y reina, tres veces admirable es para nosotros, le ofrecemos el día a día, toda la alegría, nuestras preocupaciones y ella nos ilumina para poder seguir adelante y transmitirle a todos los que tenemos cerca la alegría que es caminar junto a ella».
Amelia Monsalve, de 68 años del barrio Las Flores, participó también de la ceremonia del santuario del Mar y de la Paz, ella agradeció el bienestar de su familia, y pidió por la salud de los enfermos. Explicó que ayer dedicaría su día a la Virgen y por la tarde participaría de la procesión que dirigió el padre Juan Corti.
Desde el escenario el bombero Faustino Rodrigo, encargado de lanzar los pétalos, desde lo alto afirmó «que estoy muy agradecido por haber participado, para mi fue un honor estar allá arriba y arrojar los pétalos».
La hermana Alejandra, del Santuario del Mar y de la Paz, afirmó que «el bombero iba trepando, escalón a escalón. Y esto es un poco la vida, vamos caminando paso a paso, subiendo un escalón cada día hacia las alturas, allí se realiza la fecundidad. Dios nos bendice y nosotros tenemos que tener el corazón abierto para recibir tanta gracia».
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Biografía: Mirtha Munuera.E-Mail: mirthamunuera@hotmail.com
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