"Capital del Viento" |
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Días pasados, viendo un noticiero de la televisión porteña donde daban cuenta de la alta incidencia de enfermedades de la próstata en hombres mayores de 40 años, recordé a un hermano de mi abuelo Cornelio, el que vivía en Río Mayo (Chubut)y que era bueno para curar heridas, huesos rotos, empachados y un malestar que tenían los hombres cuyos síntomas, por lo que escuché hablar al tío, eran los mismos que describía el informativista, habría de ser cosa de próstata, lo único que recuerdo es que el tío decía que eran problemas de la gente mucho más anciana que esos acelerados 40 años de la vida actual.El tío, para esa ocasión, preparaba una mezcla de Teljenwek, para el mapuche es Palo Pichi (Romero), barba de choclo y pokil o Llamnikeu (manzanilla).
La mezcla de hierbas se hervía durante una media hora aproximadamente y el enfermo tomaba varias veces por día de ese té.
El tío Venancio Payaguala, aconsejaba caminar mucho (hoy los médicos dirían hacer gimnasia) y, con la misma mezcla de hierba hacer fomentos y baños de asiento (parte del tratamiento que hoy nos divierte pero que resultó efectivo para mucha gente, durante mucho tiempo).
El té, las caminatas y los baños de asiento, acompañados de comidas que no "molestaran" y acá se le iban de la dieta a los paisanos todos los Lunshi (picantes) a los que somos tan afectos (y que tanto bien hacen para la circulación de la sangre), no podía ser interrumpido bajo ningún punto de vista, hasta que pasaran todas las molestias.
Y en eso de hacer memoria de la medicina del Tío Venancio, el Pañil es bueno para lavar y desinfectar las heridas. Hay que hervir un buen puñado de pañil y con este remedio, ya tibio, lavar el lugar lastimado.
Si la herida es muy grande o está infectada cubrirla con las hojas de pañil antes de vendarla ayudan mucho a la cicatrización.
Cuando no hay pañil a mano otro remedio para cicatrizar heridas es la hierba de la vida o diuca-lahuén, cuyas hojas frescas o secas, en este último caso remojados n agua caliente (no hervida) y puesta sobre la herida cumplen la misma función.
Como la diuca-laguen también es muy efectiva para la fiebre si la lastimadura es muy grande una infusión livianita se toma varias veces por día.
Nota: yo no se porque pero el tío decía que los remedios hay que tomarlos siempre amargos. Debe ser el mismo principio que hace que los remedios de la medicina moderna siempre tengan un gusto tan fiero.
Créditos: Oscar Payaguala
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