"Ciudad Luz" |
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BOAC Comet IV G-APDG at Manchester in 1963. RuthAS [CC BY 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by/3.0)].
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Las guerras, ya se sabe, siempre generan muerte, dolor y muchas tristezas. Lo graficaba muy bien aquella frase de Winston Churchill, quien les prometía a los ingleses sólo “sangre, sudor y lágrimas”. Pero también hay cuestiones posteriores a un enfrentamiento bélico que hacen al progreso y al mejoramiento de la vida cotidiana.
Un ejemplo de esto lo marcó el desarrollo de la aviación comercial después de la Segunda Guerra Mundial. La aparición de los jets a reacción en los vuelos de pasajeros significó la disminución concreta de los tiempos de viaje entre distintos lugares. Y en ese sentido se puede decir que Buenos Aires y el país tuvieron su protagonismo en esos hechos históricos. La clave: un avión, de origen británico, que se conoció como Comet IV.El Comet fue el primer avión comercial a reacción. Comenzaron a diseñarlo en 1946 y ya en julio de 1949 se realizó el primer vuelo. Tenía cuatro turbinas dentro de las alas, grandes ventanas y cabina presurizada. Su capacidad era de entre 36 y 44 pasajeros (con dos filas de dos asientos a cada lado del pasillo) y cuatro tripulantes.
Claro que tanto adelanto motivó errores. Y hubo accidentes, lo que llevó a la fábrica De Havilland a rediseñar las versiones I, II y III de estas máquinas. La última versión fue el Comet IV y su vigencia en el traslado de la gente duró más de tres décadas. En América del Sur, la pionera en utilizarlos fue Aerolíneas Argentinas, una empresa creada en 1950 con la fusión de cuatro líneas aéreas que operaban aquí.
El primer Comet IV llegó a la Argentina el 2 de marzo de 1959. La compra la había autorizado el propio presidente Arturo Frondizi, aunque no implicaba un gasto para el Estado. Fue el primero de los siete que nuestra empresa de bandera tuvo en su flota.Para llegar desde Europa, el avión había hecho escala en Dakar y luego en Recife. Dice la historia que la lista de tripulantes fue esta: Aníbal Ernesto Aguirre (comandante); James Stanley Llense (piloto); Hugo Ciglutti (técnico de vuelo); Carlos Busti (navegador); Salvador Iglesias (operador de radio); Tomás Bone (comisario de a bordo) y María Crespi y Alicia Corallo (auxiliares). Fueron 16 horas de vuelo, algo muy avanzado para aquellos tiempos.
La matrícula de aquel avión era LV-AHN y lo bautizaron con el nombre de Las Tres Marías. Lo que más llamaba la atención para la gente era esa cuestión de ver un avión sin hélices. Había costado 107 millones de pesos moneda nacional. Pero cuentan que en apenas tres meses el tráfico hacia Europa y América Latina creció un 36% y hacia Estados Unidos, un 84%.La publicidad de Aerolíneas hacía hincapié en su condición de primera empresa en volarlos en toda la región de América latina. Además de esa primera máquina, en el transcurso de los dos años siguientes llegaron otras seis: LV-AHO (Lucero de la tarde); LV-AHP (Lucero del Alba); LV-AHR (Arco Iris); LV-AHS (Alborada); LV-AHU (Centaurus) y LV-AIB (Presidente Kennedy).
El perfil de aquellas aeronaves era importante: unos 34 metros de largo, 35 metros de envergadura, 9 metros de alto, un techo de vuelo de 12.800 metros, una autonomía de 5.190 kilómetros y una capacidad de 67 pasajeros (24 en primera y 43 en clase turista).Pero no todo fueron rosas para los Comet IV. De aquellos siete, tres terminaron mal: el LV-AHP se accidentó en Asunción en 1959 (murieron dos personas); el LV-AHO tuvo un aterrizaje brusco en un entrenamiento y se incendió (fue en 1960) y el LV-AHR se estrelló en un despegue en San Pablo, en 1961. Dicen que hubo un error del copiloto, quien operaba la aeronave. Fue la peor tragedia para Aerolíneas Argentinas: murieron 40 pasajeros y 12 tripulantes.
Otras tres máquinas estuvieron en servicio hasta noviembre de 1971 y luego fueron vendidas.Lo curioso fue que la primera en integrar esa flota, conocida como Las Tres Marías, fue la última en ser desafectada del servicio. Eso ocurrió en diciembre de 1971, cuando ya tenía casi 30.000 horas de vuelo.
Sin embargo antes hubo un hecho importante que marcó el derrotero de ese avión.
El 24 de marzo de 1970, cuando volaba desde Córdoba hacia Jujuy, con 61 pasajeros y 7 tripulantes, la máquina fue secuestrada por una pareja armada.La reabastecieron en Santiago de Chile, después hizo una escala en Lima, Perú (donde hubo una importante demora y se negoció la liberación de varios pasajeros) y finalmente llegó a La Habana, Cuba, que era el objetivo de los secuestradores.
Volvió a Buenos Aires recién el 28 de marzo.
Pero esa es otra historia.
Créditos:
- Por Eduardo Parise. Artículo publicado en el Diario Clarín. (13/06/16).
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