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"Ciudad Luz"

Historia

Las maestras de Sarmiento
 


Mary Olstine Graham. Vino de Norteamérica; fue vicedirectora y luego directora de la escuela.

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  • La implementación del sistema educativo nacional a fines del siglo XIX constituye uno de los temas más extraordinarios de la historia argentina. En su enunciado se cometen varios errores, propios de la costumbre y que es bueno tratar de corregir. En primer lugar, se habla de las maestras de Sarmiento, cuando fue a lo largo de varias presidencias que fueron llegados esas graduadas universitarias estadounidenses al país, para convertirse en las directoras fundadoras de las escuelas normales a lo largo y lo ancho del territorio nacional.
    Sin duda es un homenaje al hombre que dio fundamentos filosóficos a una de las más importantes políticas de estado llevadas a cabo en los ciento sesenta y cinco años de historia constitucional argentina. En segundo lugar, se habla de las maestras de Sarmiento, cuando fueron sesenta y una mujeres y cuatro hombres los que estuvieron a cargo de esta ciclópea tarea.

    En tiempos en que se discute como nombrar el neutro, es uno de los pocos casos de discriminación a favor de la mujer. Y finalmente, se habla de escuelas Normales y muchas personas atribuyen el nombre a la normalidad, cuando se debe al hecho de practicar una educación basada en normas. Por eso a veces aparece la palabra normalista con ese sentido.
     


    Cómo surge la idea de traer maestras

    Domingo Faustino Sarmiento visitó en dos ocasiones los Estados Unidos de América, y quedó deslumbrado por los progresos de ese país, tanto económicos como sociales, pero sobre todo le llamó la atención que prácticamente todos los habitantes supieran leer y escribir, y la cantidad de periódicos que se vendían, aún en pequeños pueblos y parajes lejanos a las grandes ciudades.
    Conoció en 1847, a Horace Mann, pedagogo y funcionario que lo introdujo en las ciencias de la educación y que se convirtió en un ejemplo a seguir para el argentino, que además quedó deslumbrado por el sistema de educación pública del estado de Massachusetts.

    Cuando Sarmiento vuelve, ya como embajador de la República Argentina, en 1865, Mann había muerto, pero la educación que tenía por centro a Boston, era un sistema moderno, superador de los modelos europeos, de alcance general y sobre todo a cargo de profesionales docentes con estudios universitarios.
    Sarmiento estableció entonces un fluido contacto con la viuda de Horace, Mary Mann, que se convertirá prácticamente en confidente y la gran gestora de las ideas del sanjuanino cuando se puso en marcha en la Argentina la implantación del sistema que había conocido en EE.UU.
     


    Las primeras siete maestras

    Si hay una injusticia en la conmemoración histórica del proceso educativo que tuvo por iniciador a Justo José de Urquiza, en 1849 con la fundación del Colegio del Uruguay, primer colegio laico del país, y continuado por la creación de los colegios Nacional de Montserrat y de Buenos Aires, que Sarmiento desde la presidencia convertirá en un ejemplo de carácter universal, es el olvido de los nombres de quienes fundaron las escuelas normales, que crearon miles de maestros y maestras para todas las escuelas del país, que culminaron con un proceso de alfabetización como pocos en el mundo. Hay que decir que la genialidad de Sarmiento fue traer maestras para formar maestras, y no para enseñar a los niños, con lo que el proceso fue muy rápido y puso al país a la vanguardia regional.

    La primera llegada de las maestras contratadas por el Estado argentino, la mayoría graduadas en la Universidad de Winona, se produjo en el año 1869.
    Mary Elizabeth Gorman arribó a Buenos Aires en octubre de aquél año. Vale aclarar que Mary hablaba correctamente castellano y no era católica. Fue destinada a fundar la escuela normal de San Juan, pero nunca pudo realizar el viaje y se quedó a cargo de una escuela primaria en Buenos Aires.
    Finalmente se casó con un inglés, John Henry Sewell, y renunció al cargo en 1872, se radicó en Pigüe, y su casa es hoy un museo regional. Murió en 1924.

    En 1870, el propio Sarmiento fue al puerto a recibir al primer contingente de tres maestras: Serena Frances Wood, Anna Dudley e Isabel Dudley. Tampoco aceptaron ir a San Juan, por lo que fundaron una escuela primaria en la capital. Todas estas mujeres eran protestantes y no fue fácil su adaptación como maestras, aunque el respaldo de los metodistas porteños, alivió su carga.

    Para evitar el problema religioso, Sarmiento logra la contratación de dos maestras católicas: Emma Nicolay de Caprile, una polaca casada con un italiano, que tenía una formación impresionante para la época y que se convertiría, siete años después de su llegada a Buenos Aires, en 1871, en la fundadora de la Escuela Normal de Maestros N° 1 de la Capital Federal.
    Murió con tal prestigio que su tumba fue sufragada por el Estado Nacional y hoy es monumento histórico nacional en el Cementerio de la Recoleta. Vale decir que son muy pocas las maestras llegadas al país que se casaron con argentinos y que murieron aquí. La mayoría regresó a su tierra natal.

    Agnes Emma Trégent llegó también en 1870, fundó una escuela, pero cuando la provincia de Buenos Aires se hizo cargo de la educación primaria, cerró su establecimiento en 1877. Entonces fundó la Escuela Americana, como escuela privada, y otra de las maestras, Mary Elizabeth Conway, la sucedió como directora, cuando Emma murió de una hemorragia cerebral en 1879.  


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