"Ciudad Luz" |
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Con una impresionante imagen del avistamiento de una Aurora Austral durante la madrugada en la Base Antártica Belgrano II, Infobae celebra los 150 años del SMN / Gentileza: Servicio Meteorológico Nacional.
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Este 4 de octubre se celebran 150 años de historia de una institución pionera que se convirtió en realidad gracias al ímpetu de expedicionarios, librepensadores, científicos y, por sobre todas las cosas, visionarios y soñadores: se trata del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Pero para empezar a contar su trayectoria hay que remontarse a los años que transcurrieron entre 1863 y 1868, cuando Domingo Faustino Sarmiento se desempeñó como embajador en los Estados Unidos. Durante ese tiempo recorrió dicha nación y conoció a varias personalidades de la época. Tal es el caso de Benjamín Gould, con quien logró forjar algo más que una gran amistad.Gould fue un políglota catedrático de la universidad de Harvard, astrónomo y cosmógrafo, doctor en Filosofía y apasionado investigador de la uranología y la meteorología. Pero, sobre todo, un entusiasta. Cuando vino a la Argentina lo primero que pensó fue: cómo un país con tan vasto territorio no contaba con información meteorológica sistematizada y se puso manos a la obra.
Así lo recordó la directora del SMN, Celeste Saulo, durante una charla con el historiador Felipe Pigna, evento que es parte de las celebraciones de la institución por su sesquicentenario.
“Gould se apoya en los colegios nacionales y empieza a recolectar información para sistematizarla”, cuenta la investigadora que también es vicepresidenta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).Así, el 4 de octubre de 1872 el Congreso aprueba la Ley por la que, oficialmente comenzó a funcionar la tercera oficina meteorológica del mundo, y la primera de todo el hemisferio sur.
El gobierno se ocupó de conseguir los instrumentos necesarios, como barómetros, termómetros, psicrómetros, pluviómetros y veletas, y comenzó a distribuirlos.
Varias personas distinguidas y establecimientos educativos mostraron gran interés y se ofrecieron a participar. Ya para 1876 había 32 observadores distribuidos por toda el territorio, quienes realizaban tres observaciones diarias y transmitían mensualmente toda la información recopilada a la oficina central.
Poco tiempo después, las mediciones y observaciones llegaron a un lugar inesperado: la Antártida. Y fue de la mano de un explorador, el escocés William Bruce.Corría el año 1902 y faltaban dos años para que empezara a construirse el Canal de Panamá. Los modos de cruzar de un océano a otro eran pocos y el Estrecho de Magallanes tenía por eso un valor geopolítico inigualable. Bruce se propone llegar a la península antártica y cruzar el Mar de Weddell. Pero no todo salió como imaginaba y llegó a las islas Orcadas, la isla Laurie. Allí, en una precaria construcción y un pequeño grupo de personas, estableció en 1903 un observatorio geomagnético y meteorológico.
“Hay que tener en cuenta que las temperaturas de invierno en Orcadas llegan a los -40ºC. Bruce, de camino a Europa, pasó por Buenos Aires y le pidió al gobierno que se hiciera cargo del observatorio”, cuenta Saulo.
El investigador le explicó al entonces presidente Julio A. Roca sobre cómo las hipótesis sobre el clima en esas latitudes son erradas y logra convencerlo.
“El 22 de febrero de 1904 ese observatorio pasa a ser argentino. Es muy interesante como van de la mano ciencia y progreso para fundar el SMN y ciencia y soberanía, para tener presencia”, agrega Saulo.Los avances y los progresos de la ciencia meteorológica seguirán por muchos años hasta la trágica Noche de los Bastones Largos y esa dictadura que mantuvo, casi por 40 años, al SMN sin recursos.
Científicos de la talla de Eugenia Kalnay, primera doctora en meteorología del MIT y hasta el propio premio nobel, César Milstein, se vieron obligados a exiliarse.Esos tiempos oscuros han pasado ya.
“Hoy estamos en carrera, profesionalizando la planta del organismo”, dice Saulo que ocupa un sillón en la meteorología internacional en la OMM:
“El cambio climático es el presente y el desafío del futuro y los servicios meteorológicos nacionales somos protagonistas esenciales porque fuimos los que hace 150 años medimos para saber cómo va cambiando el clima, y damos las alertas tempranas para que la población se pueda proteger. Toda esta historia es lo que permitió que pudiéramos tener estos conocimientos”.Saulo valoró también los logros del SMN en estos 150 años y destacó entre los más recientes, la creación de nuevos instrumentos como el proyecto Sinarame (Sistema Nacional de Radares Meteorológicos) “con once radares operativos y con una etapa tres aprobada que va a llevar a la Argentina a tener más de veinte radares en funcionamiento”.
El proyecto “Relámpago” con la Universidad Nacional de Córdoba sirve para entender las tormentas de la región; y el proyecto “Prevenir”, un sistema de pronóstico integral hidrometeorológico y a corto plazo para la detección temprana de eventos de inundaciones repentinas, con la participación de organismos nacionales y de Japón.
Créditos:
- Por Laura Rocha. Publicado en el Diario Perfil. (04/10/22)
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