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Educación y Formación

La lectura no es en Argentina “una causa nacional” como en Francia
 


La Ley 1420 del 8 de julio de 1884 fue promulgada por Julio A. Roca para combatir el analfabetismo en Argentina.
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  • Había una vez, hace mucho tiempo, un escritor llamado Jean de La Fontaine. Nació el 8 de julio de 1641, hace 401 años y una de sus obras más famosas fueron las Fábulas, escritas en dos entregas, la primera en 1668 y la segunda, once años más tarde, en 1679.
    Simples para que cualquiera las comprendiera, didácticas y sobre todo por su ejemplaridad, sus Fábulas sobrevivieron a todas las épocas y cuando se pensaba que ya nada más podría escribirse sobre ellas, apareció Emmanuel Macron.

    Hace exactamente un año, cuando se cumplieron cuatro siglos del nacimiento de La Fontaine, el presidente de Francia anunció que la lectura sería “la gran causa nacional de Francia” durante doce meses, que expiran precisamente hoy.
    Y para demostrarlo, se fue él mismo a una escuela de Château-Thierry, en Aisne, para reunirse con alumnos de los tres niveles escolares y conversar con ellos sobre la obra de Jean de La Fontaine, qué habían leído, qué recordaban, para qué les sirvió.
     


    La lectura no es en Argentina una causa nacional

    Curiosamente, en nuestro país, el 8 julio de 1884, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, se sanciónó la Ley 1420 de Educación Común, llamada a ser el pilar de nuestro sistema educativo.
    La ley 1420 sostiene la educación argentina hasta hoy y detrás de ese hito jurídico estuvieron Domingo Faustino Sarmiento y Juana Manso, para reducir el analfabetismo, despertar conciencia ciudadana y modernizar el país.
    La ley 1420 instituía la enseñanza obligatoria, gratuita y laica en las escuelas que dependían de la nación (no tenía jurisprudencia en los colegios provinciales), para todos los niños argentinos de 6 a 14 años. Recién en 1905, la Ley Láinez amplió la esfera de acción de esa ley.

    La importancia de esa ley es que convertía a la educación en un derecho, cualquiera fuera el sexo, lugar de nacimiento o bolsillo. Todos los chicos tenían derecho a asistir a la misma escuela y aprender los mismos contenidos.
    Acto seguido, también el 8 de julio de 1884, se aprovechó la energía de la ola para aprobar el proyecto de creación del Consejo Nacional de Educación, como ente autárquico.
     


    La lectura y la educación en Argentina

    El artículo 6° de la Ley 1420 ° establecía que:
    “El mínimun de instrucción obligatoria comprende las siguientes materias: lectura y escritura; aritmética (...), geografía particular de la República y nociones de geografía universal, historia particular de la República y nociones de historia general, idioma nacional; moral y urbanidad; nociones de higiene; nociones de ciencias matemáticas, físicas y naturales; nociones de dibujo y música vocal; gimnástica, y conocimiento de la Constitución Nacional.”
    Apuntaba además que las niñas tenían que estudiar labores y economía doméstica, mientras para los varones se reservaba la instrucción militar y nociones de agricultura y ganadería.

    Pasó mucha agua bajo el puente, pero el tema de la garantía de laicidad se convirtió en una discusión hasta que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, luego de la aprobación del Digesto Jurídico Argentino del año 2014, derogó la Ley 1420. Desde entonces, y a pesar de las denuncias realizadas por la comunidad educativa y por diversos especialistas en el tema, ninguna ley argentina protege el derecho a la educación laica, es decir sin injerencia religiosa.

    En Salta, por ejemplo, la educación religiosa es obligatoria y se da en horario escolar, desde 2008.
    Finalmente, la Ley Federal de Eduación, Ley Nº 24.195 del año 1993, determinó más salomónicamente que los contenidos se adecuarían a las necesidades del tiempo y el espacio en donde se impartan.
    El problema actual de la educación argentina es otro.
     


    Leer ya no es una causa nacional A pesar de la alarma nacional que lanzó el presidente Emmanuel Macron, la lectura –aunque también disminuyó 30% allí, sobre todo entre lo adolescentes varones- sigue viva en Francia. Según estadísticas que circulan en ese país, leer sigue siendo una actividad “importante” entre los jóvenes, ya se trate de libros solicitados en la escuela (89%) o libros elegidos personalmente por placer (78%). En promedio, los jóvenes franceses leen seis libros por año: dos se los piden en la escuela; los cuatro restantes los eligen ellos. Lo más leído son novelas (policiales ante todo); y el 85% de los franceses regala libros.

    Los programas educativos argentinos promueven la lectura de muchos libros de calidad en distintas áreas, pero los alumnos argentinos no los leen ni impresos, ni digitales ni como audiolibros, sobre todo a partir de los 12 años.
    Los estudiantes argentinos leen mucho, pero no libros sino tweets, reels, pantallas con textos mínimos. Sus dificultades para comprender textos provienen de su escaso contacto con textos de calidad, obras literarias, libros científicos, investigaciones, discursos más complejos que un texto de 140 caracteres.
    Para casi el 90% de esa franja de adolescentes, leer una obra literaria significa leer un resumen del argumento por internet. En un aula de 40 alumnos, sólo 5 leen una obra literaria completa, sea novela, teatro, ensayo o incluso cuentos. Cualquier docente de literatura lo sabe.
     


    Ranking educativo argentino

    Argentina participó del estudio PISA del año 2018, cuando Alejandro Finocchiaro era Ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
    Ese test evaluativo se realiza cada 3 años y el de 2018 midió conocimientos y destrezas en lectura.
    Los resultados para nuestro país fueron muy desalentadores. “Los 401,5 puntos de promedio obtenidos por los estudiantes argentinos implican que el país se ubica por debajo de la media de América Latina (407,2), con un puntaje promedio cercano al de Perú y por encima de Panamá (377,0)”.

    “Chile, Uruguay y Costa Rica siguen presentando los desempeños más destacados de la región”, resume el informe final.
    El informe dejó claro que “cada 4 estudiantes de 15 años, dos se encuentran por debajo del nivel básico, uno en el nivel básico y uno por encima de ese nivel básico”. “En Argentina son muy pocos los estudiantes que se pueden situar en los niveles más avanzados, del Nivel 4 en adelante”, aclara.
    Y si se puede considerar una buena noticia, “las mujeres tienen mejores desempeños en Lectura que los varones”; sin embargo eso es una media que también sucede en Francia.
     


    A qué llama exactamente el informe Pisa 2018 “dificultades de lectura”?

    • La incapacidad de localizar un dato que está explictado en un texto.
    • Reconocer la idea principal.
    • Comprender las relaciones que plantea el mismo texto.
    • Construir significados a partir de una parte de un texto con información sencilla (Nivel 2).
    El Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (por sus siglas en inglés) lo realiza en todo el mundo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El examen es estandarizado y se evalúan temas vinculados a matemáticas, ciencia y lectura.
    Las pruebas PISA de 2021 se suspendieron por la pandemia. Y las que se realicen en septiembre próximo serán digitales, por primera vez, y pondrán blanco sobre negro los estragos educativos que la pandemia sumó a los ya existentes. Se evaluará a estudiantes de 15 años en 500 escuelas del país y los resultados se conocerán en 2023.
     


    Leer sí es la causa nacional de Francia

    Hoy vence el plazo que Emmanuel Macron estableció para convertir la lectura en una causa nacional de Francia.
    "La lectura debe ponerse en el corazón del compromiso de toda la nación”, dispuso en ese momento. “La batalla para poder saber leer, escribir, pero también saber contar, comportarse, es esencial”, agregó.

    La campaña fue nacional y para lograrlo se encararon varias iniciativas. Una de ellas fue destinar durante un año 40 millones de euros para permitir que una centena de bibliotecas prolonguen sus horarios de operatividad.
    En los últimos doce meses, muchos chicos se reencontraron en Francia con las Fábulas de La Fontaine, el hombre que escribió “A menudo encontramos nuestro camino por los caminos que tomamos para evitarlo”.
     


    Lectura: ¿qué dice la ciencia?

    “Entrar al nuevo mundo de una novela o de un cuento tiene efectos científicos mensurables en nuestro cerebro, que se prolongan durante varios días posteriores a la lectura”, sostiene un estudio realizado en Emory University of Atlanta, en Estados Unidos.
    “Leer al menos 6 minutos por día, reduce el estrés hasta un 68 %”, informó el neuropsicólogo cognitivo Dr David Lewis en 2009, cuando dirigió un trabajo publicado por la Universidad de Sussex. “No importa qué libro lea usted, perdiéndose a sì mismo en un libro que va creciendo puede escapar de las preocupaciones y el estrés de la vida cotidiana y pasar un tiempo explorando el dominio de la imaginación de un autor”, explicó el Dr. Lewis.
    “La lectura es más eficaz que caminar, escuchar música, los videojuegos o beber un café”, agregó el Dr. Lewis durante un reportaje reciente.

     


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