"Ciudad Luz" |
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Seymour Papert, un pionero en la inteligencia artificial y profesor del MIT.
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En 1980, Seymour Papert, un pionero en la inteligencia artificial y profesor del MIT, acuñó un concepto que, en ese momento, pasó casi desapercibido: aprender a pensar como una computadora.
En ese momento, las computadoras no habían llegado de manera masiva a los hogares y se abrían una gran cantidad de interrogantes sobre su uso. En este caso, la frase fue utilizada cuando en una conferencia le preguntaron sobre cómo los niños podrían utilizar la naciente tecnología para aprender.
Lo sorprendente es que Papert nunca habló sobre programa educativos, interactivos como herramienta, tan comunes en la actualidad, sino que fue aún más allá: entender cómo "razona" una máquina para sacarle partida en la vida cotidiana.Las décadas pasaron y el concepto cayó en desuso. De hecho, el boom de estudiantes interesados en informática cayó de manera drástica a mediados de los '90. Con la explosión de las punto com, la matrícula de interesados se reflotó, pero en 2006, tras la caída del Nasdaq, la famosa burbuja, volvió a caer y tocar piso con números similares a los de la década de los 80.
En medio de este escenario apocalíptico para las nuevas tecnologías, Jeannette M. Wing, investigadora de Microsoft, revivió el concepto en un artículo que, con el tiempo, se convirtió en todo un manifesto de la era moderna. "Las cosas estaban tan mal que algunas universidades estaban pensando en el cierre de sus departamentos de informática", comentó Wang en una entrevista.En la actualidad, el escenario es completamente diferente. Y las razones son varias. La codificación, el lenguaje de las computadoras, ya no es más una promesa, sino una realidad que genera múltiples y excelentes alternativas laborales -además de sueldos por arriba de la media-.
Este fenómeno comenzó a crecer de manera exponencial a partir de 2011, cuando la cifra de inscriptos comenzaron a duplicarse, aseguraron desde la Asociación de Investigación de Computación, de Estados Unidos. Los salones de clases de prestigiosas casas de altos estudios están atiborrados.
En Berkeley, alrededor de 500 estudiantes al año, mientras que en Stanford, Princeton y Tufts, la informática es una de las carreras más populares. Además, uno de los datos más sorprendentes, es la gran cantidad de estudiantes sin especialización (non-majors) que se alistaron en estas carreras: entre 2005 y 2015, la matrícula de este tipo de especialización -en los cursos de ciencias de iniciación, medio y de computación de nivel superior- creció en un 177 por ciento, 251 por ciento y 143 por ciento, respectivamente.
Pero, ¿de qué se trata el "pensar como una computadora"?En su curso de non-majors La belleza y disfrute de la informática, el especialista Daniel García, profesor de la Universidad de Berkeley, California, sostiene que la clave de este pensamiento es la abstracción.
"La idea de la abstracción es ocultar los detalles. Se requiere el reconocimiento de patrones y la destilación de la complejidad en un resumen preciso, claro. Es como la cuenta atrás para el lanzamiento de un cohete al espacio, en la que se chequean una cantidad X de ítems -combustible, signos vitales de los navegantes, por nombrar algunos-, pero que a su vez, cada X está compuesta por cientos de otros tópicos que, a su vez, deben ser chuequeados", dijo García al New York Times.
Las habilidades del "pensamiento computacional" incluyen el reconocimiento de patrones y secuencias, la creación de algoritmos, la elaboración de pruebas para encontrar y corregir errores, reduciendo lo general a lo preciso y la ampliación de la precisión a la general.Una de las novedade educativas dentro de este marco la realizó el College Board, que introdujo un nuevo curso Placement course, Computer Science Principles, que hace foco en aprender a codificar, pero usar este lenguaje para resolver problemas. Por su parte, WGBH, la estación de televisión PBS en Boston, está utilizando dinero de la Fundación Nacional de Ciencia para ayudar a desarrollar un programa para niños de 3 a 5 años de edad en el que cuatro monos animados deben superar diferentes desafíos aplicando el pensamiento computacional. "Este es un mundo por explorar y explotar, lo vemos como un plan de estudios innovador no se está haciendo todavía", explicó Marisa Wolsky, productora ejecutiva del programa.
Para Shriram Krishnamurthi, profesor de la Universidad de Brown y aco-autor, hace más de una década. de la materia Introducción a la computación para las Ciencias Sociales y Humanidades, "en vez de formularle preguntas a una persona, se debe hacerlo a una base de datos". Y agregó: "La materia tenía como objetivo ayudar a pensar a los estudiantes, cuando recién comienzan a formarse, a tener una manera alternativa de pensamiento, que los ayude para el resto de sus carreras, fuera cual fuera". Los cursos de Krishnamurthi tiene un tope de 20 alumnos, pero con una lista de espera que supera el centenar.
Al igual que la teoría de la evolución de Charles Darwin fue utilizada para explicar la política y los negocios, la doctora Wing sostuvo que el pensamiento computacional puede utilizarse en diferentes áreas, no solo para el trabajo: "Aplicando el pensamiento computacional podemos mejorar la eficiencia de nuestras vidas diarias y tener un poco menos de estrés".
Las prácticas informáticas como la reformulación de problemas difíciles en otros que sí sabemos cómo resolver, ver compensaciones entre el tiempo y el espacio, y la canalización -permitir que la siguiente acción en línea comience antes de que se complete la primera secuencia- tienen muchas aplicaciones, explicó Wing.
El pensamiento computacional, finalizó, puede ayudar a una tarea básica como la planificación de un viaje – como la reserva de vuelos, hoteles o alquiler de autos- o ser utilizado a temas más complejos como "el cuidado de la salud o la toma de decisiones en política".
Créditos:
- Publicado en el Sitio Infobae. (15/04/17).
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