Nombre científico:

Chuquiraga avellanedae.

Nombre común:

Kilimbay.

Característica de la Planta:

Es un arbusto que se distingue fácilmente por su forma redondeada, a veces perfectamente esféricas debido a su forma peculiar, esta planta protege dentro de si a numerosas especies.

Raíces:

La raíz mide aproximadamente 70 centímetros de largo.

Espinas:

Las espinas nacen en la axila de la hoja, miden 8 milímetros de largo, con brácteas intermedias no radiantes.

Hojas:

Son muy coriáceas, bastante densas, abrazadoras en su base, de forma lanceoladas terminando en un pequeño apéndice espinoso, son de color verde claro.

Flor:

Las flores se encuentran reunidas en capítulos y son de color amarillo muy vistosas.

Altura:

Llega a medir hasta 80 centímetros de altura.

Características de la especie:

Es una especie perenne, con un período de crecimiento primavero-estival. Florece abundantemente y en forma prolongada desde Octubre hasta bien entrado el Otoño.

Las primeras flores comienzan a fructificar a fines de Noviembre. Es muy común observar plantas de diferentes edades en un mismo lugar, desde plántulas recién nacidas hasta plantas ya decrépitas.

Muy frecuentemente se observan gran cantidad de plántulas, con lo cual puede deducirse que en tales casos existe una tendencia de difusión creciente de esta especie.

Distribución geográfica:

Esta especie se localiza desde el sur de Mendoza hasta la zona norte de Santa Cruz, pasando por toda la estepa Patagónica.
En la Provincia de Chubut es muy abundante.

Valor forrajero:

El valor forrajero de esta especie reside en sus flores. Sus hojas no son comidas por la hacienda, debido (probablemente) a sustancias aromáticas que desagradan a los animales o también por el pequeño apéndice espinoso del ápice.

En el período estival constituye un importante recurso alimenticio de la hacienda (donde esta especie es abundante) debido a la declinación de otras especies en dicho período.

En el verano de 1983/84 su importancia fue aún mayor debido a la sequía que afectó a la región desde Mayo de 1983 hasta Mayo de 1984, ya que mientras disminuía la cantidad de forraje producido por otras especies el Kilimbay florecía normalmente.

Uso Antropológico:

Con sus hojas, de sabor amargo, machacadas, se realiza una decocción, la que se utiliza como antifebril y sudorífico.

Textos:

Preparado por la Ingeniera Agrónoma Viviana Nakamatzu.